Por Iker Morán
¿Algún ortodoxo del vino en la sala? ¿Pero no os habíais ido todos corriendo tras el mojito con rosado de la semana pasada? Por si acaso, segúndo aviso: ¿Alguien de esos que cree que con las uvas y la enología pocas bromas? Pues vayan saliendo porque lo de hoy es herejía pura: Veut, garnacha refrescante.
Sí, es exactamente eso que parece, una especie de refresco a base de uva garnacha. En realidad no podemos hablar de refresco de vino porque sólo tiene 4,8 grados y no puede ser considerado como tal, pero para entendernos por ahí van los tiros. O las burbujas.
Veut es uno de los productos más curiosos de la bodega aragonesa Grandes Vinos y Viñedos, con unas cuantas marcas conocidas en su catálogo (Corona de Aragón y Anayón, dentro de la D.O Cariñena, por ejemplo) y exitazos como Beso de Vino, cuyo nombre y etiqueta diseñada por Kukuxumuxu lo ha hecho bastante popular.
Aunque Veut tampoco es una novedad -se presentó en 2011- sigue generando caras de sorpresa allí donde se deja ver. Así que cuando nos topamos con él, y tras releer un par de veces lo de «garnacha refrescante», no paramos hasta probarlo.
Nos explican desde la bodega que se trata de una bebida muy orientada a los jóvenes y, sobre todo, a aquellos reacios a acercarse al mundo del vino. El formato, la botella de 33 centilitros, la chapa, el carbónico… sí todo ello es una especie de gancho para el consumidor habitual de cerveza. De hecho, según nos cuentan, se embotella en La Zaragozana, responsable también de la cerveza Ámbar. Entre otras.
Ese tratamiento cervecero se nota al abrir y probar Veut, con una burbuja que recuerda más a esta bebida que a otros vinos de tipo frizzante o al popular Lambrusco. La parte mala es que -según nos confiesan los responsables de la bodega- también encarece el producto y sitúa su precio en bar más cerca de una cerveza de importación que de una caña.
La base de Veut es mosto de uva garnacha que se trata para reducir su graduación alcohólica. De ahí el intenso color -atentos a como deja la botella una vez vacía- y un sabor muy característico y poco dulzón. Sí, no estamos ante un refresco edulcorado y empalagoso, sino más bien un vino muy suave, fresco y con ese punto de burbuja.
Para muchos ese sabor tan personal será un aliciente y no tendrán ningún problema, pero que no cunda el pánico entre los que buscaban algo más parecido a la sangría y no se animen a darle directamente a la botella. En vaso con hielo hemos comprobado que entra estupendamente, y también como base de un tinto de verano con unas rodajas de limón o naranja, o de una sangría de calidad. Por no hablar de las posibilidades que da a la hora de improvisar unos cuantos cócteles, claro.
En el formato que más nos apetezca, pero mejor ir practicando por si estamos ante un futuro clásico veraniego. En el bar de la esquina es posible que no lo tengan, pero quienes tengan curiosidad pueden conseguirlo en tiendas on-line por unos 20 euros la caja de 12 botellas.