
Andábamos el otro día hojeando el libro Cocina o barbarie de María Nicolau -muy recomendable, por cierto- cuando nos llamó la atención un bizcocho sin levadura y con solo 3 ingredientes. (Mal) acostumbrados a los plum cakes, bunt cakes, frostings y toppings, volver a lo básico y sin complicaciones nos pareció una maravilla.
Este bizcocho no tiene misterios. Necesitamos huevos, azúcar y harina; un molde, unas varillas (mejor si son eléctricas) y un horno. ¿No eres especialmente cocinillas y la repostería se te da peor aún? No pasa nada, este bizcocho, si no lo quemas, te va a quedar perfecto.
El tiempo de horneado dependerá del horno y del tamaño o forma del molde, pero es bastante exacto (20 minutos, minuto arriba, minuto abajo). Para comprobar si está en su punto, el truco de siempre: pinchar con una brocheta o un cuchillo en el centro y hasta el fondo; si sale limpio, sin masa pegada, estará listo.
A partir de la receta básica -que podemos comer tal cual o usar como base para tartas- podemos añadir extras: un glaseado por encima; partirlo y rellenarlo con alguna crema; añadir pepitas de chocolate a la masa… Como cualquier bizcocho, podemos congelarlo en porciones para tenerlo siempre a mano. En 15 minutos, a temperatura ambiente, estará listo para mojarlo en el café con leche.
Ingredientes:
- 8 huevos
- 225 gramos de azúcar
- 225 gramos de harina
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.
- Separamos las claras de las yemas.
- Batimos las yemas con la mitad del azúcar hasta que blanqueen y aumenten de tamaño. Esto llevará unos minutos. Podemos usar una varilla manual, pero será agotador. Es mucho más fácil usar eléctricas.
- Empezamos a batir las claras y, sin dejar de batir, añadimos poco a poco el azúcar. Dejamos de batir cuando consigamos un merengue firme que no se caiga al inclinar el bol (tampoco hace falta darle la vuelta del todo, no tentemos a la suerte).
- Juntamos las dos masas con una espátula con movimientos suaves y envolventes. Como el bizcocho no lleva levadura, tenemos que mantener la textura de las claras el máximo posible para que suba en el horno.
- Añadimos poco a poco la harina tamizada. Si no tenemos un tamizador podemos usar un colador.
- Mezclamos de nuevo con movimientos suaves y envolventes hasta que la harina quede bien integrada en la masa.
- Engrasamos un molde con un poco de mantequilla y vertemos la masa.
- Horneamos el bizcocho 20 minutos. Si vemos que se está dorando demasiado por la parte superior, lo cubrimos con papel vegetal o papel de aluminio.
- Pinchamos con un cuchillo para comprobar si está hecho por dentro. Si no hay masa pegada, lo sacamos del horno; si aún hay restos, lo dejamos unos minutos más y seguimos comprobando hasta que esté limpio.
- Desmoldamos y dejamos templar sobre una rejilla. Listo.