La historia de este plato empieza con una compañera de trabajo que se presentó con un kilo de avellanas de su cosecha en Riudoms (Tarragona). Un regalo como este que merece un plato a la altura. Aunque lo más lógico sería pensar en un bizcocho o algo dulce, nos apetecía usarlas en un plato principal. Por ejemplo con un pescado.
La inspiración nos llegó con una receta clásica de Simone Ortega: la cola de merluza al horno con salsa de almendras, ajos y vino blanco. La verdad es que al final cambiamos las almendras por avellanas, la cola de merluza por rodajas del mismo pescado y el horno por la cazuela. Pero la inspiración está ahí.
Por cierto, puestos a cambiar hasta el nombre también podríamos definir este plato como merluza en salsa arromescada.
Ingredientes (para 4 personas):
- 8 rodajas de merluza
- 1 cebolla grande
- 3 dientes de ajo
- 1 puñado grande de avellanas sin tostar
- 1 rebanada de pan frito o tostado
- 1 cucharadita de carne de pimiento choricero
- perejil
- 1 vaso de vino blanco
- fideos de soja (para acompañar)
Preparación:
Para empezar, toca picar ajo y cebolla. Lo bueno es que no es necesario que sea muy pequeño ya que la salsa va a pasar por el túrmix al final. En una cazuela con aceite de oliva echamos el ajo picado y justo antes que coja color añadimos la cebolla y dejamos que se poche lentamente hasta que esté transparente.
Mientras tanto debemos echar mano al mortero. Ponemos las avellanas ya peladas, machacamos bien y añadimos el pan frito o tostado. Nosotros, con las ansias de bajar calorías, hemos utilizado pan tostado. La verdad es que los frutos secos, aunque muy sanos y necesarios, no son precisamente light. En todo caso, si no tenéis manías o sois de los que siguen un régimen para engordar, el pan frito es más sabroso.
En el mortero metemos también el pimiento choricero. Ya sabéis, hay que hidratarlo mínimo media hora en agua caliente para poder sacar la carne. O bien, como nosotros, utilizar pasta de pimiento choricero que venden ya lista para usar. No nos olvidamos de un chorrito de aceite de oliva y un poco de perejil picado. Machacamos bien toda la mezcla en el mortero hasta que estén integrados todos los ingredientes.
Lo echamos a la cazuela donde tenemos la cebolla y el ajo, una vuelta y añadimos el vaso de vino blanco. Dejamos que reduzca y ponemos otro vaso de agua. Que cueza cinco minutos y cuando esté listo se tritura. La idea no es que quede una salsa muy lisa -por eso no lo pasamos por el chino- sino una salsa granulosa pero fina. La textura es parecida al romesco pero un poco más líquida.
Volvemos a verter la salsa en la cazuela y añadimos las rodajas de merluza para que se haga todo junto. Habrá que estar atentos al punto del pescado -dependerá del tamaño y grosor- para que no se nos pase.
Para acompañar este plato le va de maravilla un arroz blanco salteado con ajo y perejil por ejemplo. Pero aquí le hemos dado un toque exótico con unos fideos chinos de soja. Un toque diferente para un plato que podría pasar por tradicional. Muy de domingo.
[…] Podria haver estat un fracàs, però també era una ocasió fantàstica perquè mengés fruits secs que, per cert, són una molt bona font de calci i per tant perfecte per complementar dietes sense llet. I va agradar força, així que un plat més a l’agenda. Per cert, la recepta ben explicada la teniu aquí. […]