Sifones de cocina: cómo elegirlos y utilizarlos para evitar accidentes

Hace unas semanas, un accidente con un sifón de cocina provocaba la muerte de una conocida bloguera francesa mientras manipulaba este accesorio. Y esta misma semana, de nuevo en Francia, otro sifón estallaba, hiriendo en la pierna a una mujer. Dos sucesos que han llevado a muchos -incluidas las asociaciones de consumidores franceses- a cuestionar la seguridad de unos aparatos cada vez más habituales en muchos hogares.

Aunque la preocupación es lógica, como siempre, no hay que caer en el alarmismo. De entrada, los accidentes -al menos en el caso del mortal- se han producido con un modelo de la firma Ard’Time, afectado por un problema de fabricación y, en teoría, retirado del mercado.

De hecho, hay una lista con una veintena de marcas y modelos que han mostrado problemas y que no deberían estar en circulación, aunque puede que los compradores no se hayan enterado de los avisos de seguridad y retirada emitidos en su momento.

¿Hay motivo para preocuparse en el caso de España? «Llevamos una década vendiendo centenares de sifones al año, y nunca hemos tenido ningún problema ni nadie ha llamado preocupado en los últimos días», confirma Xavi Gener de Gadgets de Cuina, un conocido establecimiento especializado en todo tipo de utensilios de cocina.

Popularizado en su momento por Ferran Adrià -ya existían antes, pero fue él quien puso de moda las espumas en todo tipo de recetas- la gama actual de marcas y precios es enorme, e incluye modelos que rondan los 20 euros.

Como es fácil de imaginar, la calidad de la construcción y los componentes es un detalle básico en un aparato que trabaja con presión y pequeñas cápsulas de gas para conseguir la espuma. ¿Es el cabezal de plástico el problema? Las investigaciones apuntan en esa dirección, aunque es pronto para sacar conclusiones.

De todos modos, desde Gadgets de Cuina lo tienen claro: mejor construcción metálica, tanto del cuerpo del sifón como del cabezal. De hecho, ellos trabajan principalmente con el modelo de la marca ISI, fabricado en acero y que ronda los 110 euros. Como alternativa más económica también cuentan con otro de la firma Lacor, pero que también utiliza un cabezal de aluminio.

Así que, primer y evidente consejo: mejor invertir un poco más en el sifón para asegurarnos que tenemos entre manos un modelo de calidad. Y el cabezal y el cuerpo del sifón, siempre metálicos, evitando intercambiarlos si trabajamos con varios. Algo que puede ocurrir fácilmente en las cocinas profesionales.

Importante también usar siempre cápsulas de la misma marca que el sifón. ¿Por qué? Porque este es uno de los puntos más sensibles del aparato, desde donde se carga el gas necesario para conseguir la espuma. Por tanto, es básico que la rosca y el sistema de anclaje funcionen a la perfección para evitar sustos.

Aunque en las instrucciones de uso de los sifones se indican claramente las normas de seguridad -nos explica Gener- nunca está de más recordar que la temperatura es otro punto clave a la hora de trabajar con este aparato. Nunca congelador y nunca calor directo, exactamente igual que con cualquier otro recipiente de presión.

La temperatura de trabajo es de entre 4 y 70 grados, así que hay que evitar la tentación de meter el sifón lleno en el congelador para acelerar el proceso de frío que muchas espumas necesitan.

Es un aparato seguro, pero igual que una batidora o cualquier otro utensilio, hay que seguir unas normas de seguridad elementales para no tener problemas, explican desde Gadgets de Cuina.

2 COMENTARIOS

  1. ¡Muy buenos consejos sobre el sifón de cocina! Nosotros creemos que es una herramienta culinaria excelente, especialmente para los amantes de la cocina creativa y la repostería. Gracias a su empleo ofrecemos unos platos gourmet excelentes. Lo recomendamos al 100% para los amantes de los fogones.

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