Hay platos a los que casi hay que dedicar más tiempo para inventarles un nombre que para prepararlos. Y el de hoy es el ejemplo perfecto. ¿Lasaña? Sin pasta ni bechamel por medio, complicado. ¿Parmigiana por aquello del tomate y el queso? La idea va por ahí, pero no es parmesano…
El caso es que, mientras se nos ocurre el nombre, ya podemos tener lista esta (falsa) lasaña a base de pencas de acelga, un producto no demasiado popular o que siempre se relaciona con alguna preparación frita o rebozada, pero que aquí puede funcionar muy bien como capas de esta original lasaña. Además, ya cocidas y en conserva, hacen que la receta sea incluso más sencilla.
Pollo, una salsa de tomate rica, bien de queso, un poco de horno, y en un momento tenemos un platazo con el que incluso el menos cocinillas de la casa se puede atrever.
Ingredientes (para 3-4 raciones)
- Pencas de acelga: 400 gr.
- Pollo: 400 gr.
- Salsa de tomate: 350 gr.
- Queso (mozzarella en este caso): 150 gr.
Preparación
Escurrimos y pasamos por la sartén las pencas de acelga con un poco de aceite, sal y pimienta. Podemos usar frescas que hayamos cocido nosotros mismos, pero en este caso hemos tirado por el atajo rico y rápido usando unas en conserva que además para esta receta van perfectas por su grosor y textura bastante firme.
Troceamos el pollo en dados. ¿Pechuga? Es el recurso fácil, pero en realidad hay partes más sabrosas y que además suelen ser más baratas, como por ejemplo los contramuslos. Sal, pimienta, nuestras hierbas favoritas (orégano y un poco de tomillo en nuestro caso) y salteamos a fuego fuerte.
Cuando ya esté dorado, añadimos la salsa de tomate y dejamos al fuego unos 5 minutos. Igual que en el caso de las pencas, y como por aquí somos muy de tener siempre en la despensa conservas -de calidad, eso sí-, hemos recurrido a una salsa de tomate ya preparada. Si tenéis casera o tiempo para prepararla para la ocasión, perfecto. Usaremos unos 150 gramos de la salsa, reservando el resto para montar el plato.
Evidentemente, hacer la versión vegetariana de esta falsa lasaña es tan fácil como sustituir la carne de pollo por una mezcla de verduras a base de, por ejemplo, dados de calabacín y berenjena. Quedará bien rico, seguro.
Con los ingredientes de la lasaña ya listos, ahora sólo falta montarla. Muy fácil: una primera capa de salsa de tomate, una capa de las pencas de acelga, pollo, queso, más tomate, otra capa de pencas… y así hasta rellenar la fuente que estemos utilizando. Si es pequeña y profunda dará para varias capas, si es más alargada con una sola estará solucionado.
Rematamos con una capa de tomate y más queso en la parte superior, y gratinamos en el horno a 200 grados durante unos 15 minutos o hasta que veamos que el queso se ha fundido bien.