Ni encurtidos ni banderillas parecen ligar bien con el concepto gourmet. Aceitunas, cebolletas, pepinillos y compañía siempre han sido un tapeo popular, asequible y sin ínfulas gastronómicas.
De eso se trata, en realidad, de mantener esa filosofía pero convirtiendo los encurtidos y todas sus posibles combinaciones -muchas más de las que igual imaginamos- en un producto de calidad.
Una especie de revolución del encurtido que comenzó hace ya unos años en un puesto del Mercado De la Villa de Vallecas y que ahora llega a todo el país de la mano de la tienda online de Bombas, lagartos y cohetes de Vallekas. Con k, sí, así lo escriben ellos.
«Tenemos nombre de establecimiento pirotécnico. Colorido, divertido y cañí, igual que nuestros productos», explican los responsables de este puesto de mercado que se definen como banderilleros de segunda generación.
Pese a que a la vista del cuidado diseño de los productos que llegan a casa o de la imagen gráfica de la marca podría parece que estamos hablando de la última ocurrencia hipster en el mundo de la gastronomía, la historia de esta tienda se remonta a 1965, cuando abrió sus puertas el mercado y, con él, la correspondiente tienda de encurtidos que no puede -no debe- faltar en ningún mercado que presuma de serlo.
Estas tres banderillas (bombas, lagartos y cohetes) no tardaron en convertirse en la especialidad de El Aperitivo, el susodicho puesto del mercado, y desde hace años Kike Martínez y Bea Vinaches se encargaron de demostrar que un palillo daba para mucho más y que admitía nuevos ingredientes y combinaciones.
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Sí, hay vida más allá de las últimamente muy famosas y versionadas gildas. Lección rápida para amantes de vinagres y banderillas: una Bomba es una aceituna Gordal rellena (de bacalao, butifarra, queso…) y acompañada con guindillas, tomates o más encurtidos en el correspondiente palillo.
Los Lagartos, por su parte, siguen esta misma filosofía a partir de un pepinillo relleno (de anchoa, ventresca…), mientras que los Cohetes son la banderilla más clásica. Al menos en su concepto, porque aquí la lista de posibles ingredientes es mucho más larga de lo habitual e incluye, por ejemplo, unos Dalí (con huevo de codorniz relleno) o unos de pulpo.
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Convertidos en referencia de los gourmets de las banderillas y amantes del vermut y el aperitivo en general, el despegue -ya que hablamos de cohetes- de su tienda online y reparto por todo el país supone un salto considerable para este puesto, ahora también obrador, donde se confeccionan -a mano, explican sus responsables- todas estas banderillas.
Llegan envasadas al vacío en packs de 6 a 9 unidades y precios que no sobrepasan los 2 euros por banderilla. Desde que descubrimos que aunque Vallecas nos quede un poco lejos ahora podemos conseguirlas en casa, ocupan un lugar destacado en la lista de ideas para regalar(se) estas Navidades o para preparar un vermut diferente y de nivel cualquier día de estos.
Realmente muy buenos.
Extraordinaria presentación y elaborados con grandes detalles de terminación en formas y cortes.