Muchos dicen que Ibiza es el lugar en el que hay que estar y dejarse ver en verano. Otros aseguran que mejor ir fuera de temporada para descubrir los verdaderos encantos de la isla y, de paso, esquivar las oleadas de turismo y los altos precios. Las dos Ibizas. O las tres, porque seguro que hay muchas más que las que nos empeñamos en resumir quienes de vez en cuando nos asomamos por allí.
Pero para quienes se hayan animado a pasar por la isla estas vacaciones y quieran tener marcados en el mapa unos cuantos restaurantes para acertar -como ocurre en todos los lugares con mucho turismo, hay de todo dentro de la amplísima oferta- hemos seleccionado cuatro propuestas muy diferentes.
Porque da igual si vas buscando playas tranquilas, fiesta o los lugares de moda. Lo que es seguro es que en algún momento tendrás que comer. Así que mejor hacerlo bien.
Tatel, el ambiente más sofisticado
Situado en el Hard Rock Hotel y muy cerca de algunas de las discotecas más emblemáticas de la isla, Tatel ha llevado hasta Ibiza una fórmula que lleva tiempo triunfando en Madrid.
Y es lógico que funcione: un lugar bonito y sofisticado, con más de 1000 metros cuadrados en diferentes zonas y que en esta segunda temporada aspira a volver a ser ese lugar en el que cenar antes o después de la fiesta.
Abierto desde el atardecer hasta la madrugada, Tatel demuestra que ser uno de esos locales en los que dejarse ver no está reñido con una excelente cocina que combina tradición, producto y algún que otro guiño local e internacional.
Imprescindible su tortilla trufada -un clásico también en el restaurante de Madrid- los pescados al horno, los arroces o el bacalao negro con miso… Y, por supuesto, la barra de cócteles que ya a comienzo de temporada, cuando estuvimos por allí, apuntaba maneras como uno de los lugares por los que pasarse este verano.
Por cierto, además del horario habitual de cocina este año también ofrecen en su terraza un brunch (a partir de 29 euros) para empezar el día de la mejor manera posible.
Es Mirador, un paseo por Dalt Vila
Independientemente de la Ibiza que cada uno vaya a buscar, pasear por Dalt Vila -el casco antiguo de la capital- siempre es una gran idea.
En lo alto -deja el coche aparcado y camina por sus calles empedradas- nos espera el único Relais&Chateaux de la isla. Una marca que a estas alturas ya hemos aprendido a identificar con dos cosas: hoteles con mucho encanto y una cocina cuidada que nunca defrauda.
Y así es. Es Mirador evoca esa tranquilidad mediterránea que tantas veces se puede echar de menos en verano en la isla, con una cocina a medio camino entre la vanguardia -por técnica y emplatado- y la tradición, a base de buen producto y un servicio impecable.
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El menú va variando según temporada, pero el delicioso arroz cremoso de gamba roja que tuvimos ocasión de probar o el fino tartar de mero con gamba roja, frambuesa y aguacate picante permiten hacerse una idea del nivel de la casa.
Las mesas de la terraza son tentadoras, pero merece la pena disfrutar del sobrio comedor interior antes de seguir paseando por Dalt Vila.
Unic, un oasis en Playa d’en Bossa
Volvemos a Playa d’en Bossa, uno de los rincones de la isla donde la playa y el ambiente nocturno dejan poco espacio para la buena gastronomía. Hay excepciones, claro, y Unic está en esa selecta lista.
Situado en el hotel Migjorn Ibiza, el chef David Grussaute propone una cocina francesa con toque mediterráneos que funciona muy bien. Producto ibicenco y de temporada pero con elaboraciones cuidadas y algún que otro guiño francés son el hilo conductor de una carta y un menú degustación (70 euros) muy interesante.
Platos como el ramen de algarroba con cerdo ibicenco y yema curada o el bullit de rotja, por citar un par de ejemplos, son una auténtica declaración de intenciones para reivindicar el territorio y recordar al viajero -y eso hace muchas veces falta en Ibiza- dónde está.
Interesante la propuesta de Unic (en @Migjorn_Ibiza ) Producto ibicenco y el toque francés del chef David Grussaute pic.twitter.com/PBNchN0q1F
— La Gulateca (@LaGulateca) May 16, 2018
Aunque esta zona no suele ser la primera opción para quienes viajan con familia y niños pequeños a Ibiza, la verdad es que el hotel Migjorn es una excelente opción en estos casos.
Habitaciones amplias tipo suites con cocina y terraza, una atención cercana alejada de ese trato que rápidamente distingue entre cliente normal y VIP en algunas cadenas de la isla, y un desayuno simplemente excelente lo convierten en uno de esos hoteles que anotar en la lista de lugares a los que volver.
Can Berri Vell, cocina tradicional en uno de los rincones más bonitos de la isla
Una casa del siglo XVII alberga el que nos atreveríamos a describir como uno de los restaurantes más bonitos y encantadores de Ibiza. Y es que llegará un momento en el que nos cansemos de puestas de sol preciosas pero con mucha gente y optemos por conducir hacia el interior.
Situado en el pueblo de Sant Agustí de es Vedrà frente a su bonita iglesia, se nos ocurren pocos marcos mejores para una cena de verano que Can Berri Vell.
Pero más allá de la localización y su terraza y salas interiores, la cocina también está a la altura. Platos de la tradición ibicenca pero con una vuelta para conseguir un resultado colorido -llama la atención el colorido de muchos, la verdad- sabroso y con una presentación actualizada.
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Merece mucho la pena probar la raya, que aquí sirven de una forma muy fina y fácil de comer -un lomo confitado con hinojo realmente recomendable- o los calamares con pies de cerdo y sobrasada, para asomarse a esos guisos ibicencos más potentes.
¿Y de postre? Pues flaó y greixonera, claro. No nos podemos ir de la isla sin probarlo.