
Es un restaurantes de Estrella Michelin de manual, comentamos al salir de Slow & Low hace un par de meses. No se trata de marcarse el «yo ya lo sabía», es que los platos, las ideas claras en la cocina de Francesc Beltri y Nicolás de la Vega, la sala y todo lo demás lo dejaban muy claro. Y la nueva Guía 2023 de Michelin lo ha confirmado.
En Slow & Low llevan peleando desde 2018, nos contaba Frank. Han sobrevivido a una pandemia, y desde su preciosa barra gastronómica defienden una cocina que ya no parece estar tan de moda, pero que bien ejecutada puede ser toda una experiencia.
Y es que más allá de producto, mercado y lo que tantas veces escuchamos, aquí no hay problema en viajar por medio mundo en busca de sabores e ingredientes que integran en recetas de notable complejidad.

Los dos chefs, barcelonés y mexicano, trabajan solo con menú degustación. Uno largo de 14 pases (85 euros) y otro más corto que se ofrece solo al mediodía, con 5 platos, postre y bebida por 45 euros. Una auténtica ganga, que veremos si se mantiene ahora que lucirá la Estrella en la puerta.
El menú es bastante cambiante. En estos cuatro años han creado unos 200 platos, lo que significa que casi cada semana entra una nueva receta en el degustación. Platos, señala Beltri, realmente nuevos, no versionados de lo que han visto o comido por ahí.
Aunque seguramente ahora el otoño ya se note en la mesa, nos gustó mucho el taco asiático con bonito que conjuga bien esa mezcla de Mediterráneo, México y guiños asiáticos. Notable el curry verde que preparan con más de 50 ingredientes, y atrevidas pero muy ricas las mollejas con arenque.

Recomendable sentarse en la citada barra con vistas a una cocina totalmente abierta y dejarse llevar por las recomendaciones en el maridaje, sin florituras pero interesante.
Aquí se habla de creatividad, de intensidad y sabor. Todo sin prisas (slow) y con un perfil bajo (low) que les ha permitido marcar su propio camino hacia una Estrella tan merecida como trabajada.