Es uno de los platos más internacionales y también de los más maltratados del mundo. ¿Queda algún lugar del planeta al que no haya llegado la pizza? ¿Cuántas de todas esas millones de pizzas que se consumen -el equivalente a 100 hectáreas al día sólo en Nueva York- tendrían el aprobado de un napolitano? Posiblemente muy pocas.
El caso es que volver de la playa o la piscina en verano e improvisar una cena en la terraza -o donde sea- a base de pizza es uno de esos placeres veraniegos difíciles de superar. Si al día siguiente no hay que trabajar ni madrugar, la cosa mejora notablemente. Y si la pizza es casera o, al menos, de las buenas, mucho mejor.
Buenas pizzas es precisamente lo que reivindica Francesco’s Pizza, que hace un tiempo dio el salto de Alcalá de Henares a Madrid (Fuencarral, 57) y ahora aspira a convertirse en el referente de la pizza de calidad en la capital. Anotado está ya en nuestra lista de visitas pendientes para probar esas masas -larga fermentación, harinas de calidad… suena bien-, aunque para ir abriendo el apetito han recopilado unas cuantas curiosidades sobre este plato.

Empezando por la que presume de ser la más cara del mundo y que cuesta nada menos que 8.300 euros. El autor de esta pizza de lujo es el chef Renato Viola, y entre sus ingredientes figura la langosta, tres tipos de caviar, 8 tipos de quesos, coñac…
Bautizada como Louis XII en honor al coñac utilizado para su elaboración, parte de la gracia es que la pizza se elabora en casa del cliente y se acompaña de una botella de champagne Clos du Pensil 1995 Krug que ya casi cuesta 1.000 euros. Además, la pizza (de 20 centímetros de diámetro) es para dos personas, así que al final puede que resulte un chollo.

Bromas al margen y dejando a un lado este récord de 2012 que, por lo visto, nadie ha batido por ahora, los orígenes de la pizza en realidad son mucho más humildes. Los primeros escritos en los que aparece este término sitúan su invención en el sur de Italia, concretamente en Gaeta allá por el año 997 antes de Cristo.
Evidentemente poco tendría que ver aquella pizza primigenia con la que comemos hoy. En la antigua Grecia también se comía el llamado plakous, un pan aplanado tipo focaccia que se aderezaba con ajo, cebolla y hierbas. ¿Tomate? Para eso habría que esperar a que llegaran de América, y faltaban todavía muchos años.
Concretamente será en Nápoles -claro- en el siglo XVII cuando se conciba la pizza tal y como, más o menos, ha llegado a nuestros días. Lo de añadirle queso, atención, tampoco es tan viejo: concretamente se empezó a hacer en 1889, según apuntan desde esta pizzería madrileña.
El origen de la famosa pizza Margarita es muy conocido, pero por si hay algún despistado, la protagonista de esta historia es la reina Margherita de Italia. Tras probar la pizza -que hasta ese momento se consideraba un plato de pobres- pidió una versión de lo más nacional, con la bandera del país. El resultado fue una a base de tomate, queso y albahaca, los tres colores de la bandera italiana.
Según la lista de curiosidades de Francesco’s Pizza -y de esto seguro que saben-, el sábado por la noche es el día de la semana que más pizza se consume. Y, por cierto, las mujeres son más generosas que los hombres a la hora de dejar propina a los repartidores a domicilio, aunque no se especifica de dónde sale este dato o si alguien se ha molestado en hacer un estudio sobre el tema.
En cualquier caso, ¿verdad que, de repente, apetece pizza para comer o cenar? Nos conformaremos, eso sí, con una alternativa más económica que esa de 8.300 euros.
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Y han vendido alguna pizza por 8300€?
pues qué la coma tu frutisima MADRE
Yo te hago un pizza de frutísima madre por un trillón de euros…