Pop-up bakery, «the loaf in a box»… dicho así podría sonar a la última modernez culinaria. Pero en realidad The Loaf es algo mucho más sencillo: una panadería instalada en San Sebastián de forma puntual (desde junio hasta finales de septiembre en concreto) y que posiblemente sea ahora mismo uno de los epicentros panarras del planeta.
Al frente el mismísimo Dan Lepard y por allí también anda Ibán Yarza, uno de los responsables de que en este país se hable tanto últimamente de pan. De buen pan.
Aunque a estas alturas esta singular iniciativa panadera se ha colado en todos los medios, La Gulateca también ha querido acercarse hasta Donosti para, entre pinxto y pintxo por lo viejo, ver The Loaf por dentro y probar sus panes.
Llegamos a mediodía -nos gusta el pan pero no tanto sus horarios madrugadores- y nos encontramos a Antonio y Egoitz sacando una hornada y preparando los panes de la tarde. Algunos clientes y curiosos se acercan para llevarse el pan clásico de masa madre (2,5 euros) y el especial de vino y pasas (3 euros) que está saliendo en ese momento.
La panadería abre de 9 de la mañana hasta las 10 de la noche, excepto los lunes, que lo hace sólo a partir de las 3 de la tarde. La actividad en el obrador -nos cuentan- comienza a eso de las 7 de la mañana, con Lepard puntual al pie del cañón.
Sobre la mesa de trabajo descansan algunas masas fermentando y otras ya formadas. Cada jornada es diferente pero la media anda sobre las 500 o 600 piezas diarias que, normalmente, se agotan. Además de la barra clásica de 100% masa madre, cada día a las 8 de la tarde se pone a la venta una variedad especial y, como ocurrió el día de nuestra visita con ese delicioso pan de vino y pasas, cualquier otro que vaya surgiendo de forma paralela al guión original.
¿Quienes trabajan en The Loaf? Aprendices de panadero en el sentido más amplio del término: desde estudiantes de cocina hasta licenciados en filología árabe que han sentido la llamada del pan y que están disfrutando de la posibilidad de aprender al lado de una gran maestro.
Además de funcionar como una panadería, en The Loaf también están organizando numerosos cursos de pan y cocina y de vez en cuando se pasan por allí algunos de los mejores panaderos del país. Un auténtico lujazo y una excusa más para hacer las maletas ya mismo y plantarse a orillas de La Concha. ¿Dónde están? En el Paseo de Francia (frente a la Estación de Renfe), aunque para llegar basta con seguir el olor a pan.
Salimos de allí con un par de panes y algunas preguntas bajo el brazo: ¿Se repetirá la experiencia en otras ciudades? ¿Cómo se habrán tomado las panaderías donostiarras esta iniciativa? ¿Será capaz de dejar un poso en la calidad del pan de la ciudad?
¡Genial iniciativa! ¡Di que sí!
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