En menos de una semana puede que estemos hartos de comilonas, que aborrezcamos los dulces, la familia, los villancicos y cualquier elemento rojo y dorado. Puede que incluso estemos deseando volver a la aburrida rutina de los días laborables y escolares.
Pero aún quedan vacaciones navideñas por delante y la ilusión de los pequeños de la casa por sus nuevos juguetes aguanta lo que duran las pilas de los chinos.
Así que, si los pequeños son de los que se presentarían a un cásting de MasterChef, tenéis dos opciones: esperar a que lleguen los Reyes con uno de estos cachivaches cocinillas para ellos o bien ponerles un mandil y un gorro y llevaroslos a la cocina.
Para la segunda opción tenemos la propuesta perfecta: un tronco de Navidad. Aunque a primera vista pueda parecer una obra de ingeniería al alcance de mentes privilegiadas, es mucho más sencillo de lo que parece, tal y como os demostramos en uno de nuestros estupendos gráficos con todos los ingredientes y pasos de la receta. Además, es un postre genuinamente navideño y muy divertido de preparar: los churumbeles van a tocar masas, chocolate, rellenos, formas…
Sobre el tiempo de preparación, lo importante es pasar un rato con los pequeños, sin prisas, así que con la tarde por delante sacad boles y batidoras, preparad el quitamanchas para después y vamos a por este tronco de chocolate relleno de crema de queso y chocolate blanco, también conocido como “la bomba”.
Antes de empezar un par de aclaraciones. Si a pesar de todo tenéis prisa u os da pereza, podéis simplificar el relleno con una buena nata montada. Eso sí, no tiene la misma gracia. Y segundo, el tronco aguanta muy bien el congelado, así que, en caso de empacho pastelero, podéis guardarlo para daros una alegría dentro de unas semanas.