Las castañas asadas tienen esa parte de ritual que tanto nos gusta. Los primeros fríos, el olor que llega de repente por la calle, comprar un cucurucho en papel de periódico, quejarse un poco -solo un poco- porque están más caras que el año pasado, quemarse al intentar pelarlas sin esperar, los dedos manchados de negro…
Reconozcámoslo, es insuperable. Pero si tenemos el antojo de hacerlas en casa y no tenemos a mano una brasa o chimenea para seguir el método tradicional -y posiblemente más rico- a base de fuego y brasas, hay alternativas que dan un resultado muy bueno. Y podemos seguir quemándonos y manchándonos las manos, que es parte de la gracia.
Al fuego
No nos engañemos: las castañas y el fuego se llevan muy bien. Así que si tenemos en casa fuegos de gas, solo necesitaremos comprar una sartén especial con el fondo agujereado -en esta época se encuentran fácilmente y no son caras- y listo.

Las lavamos y secamos, y les hacemos el clásico corte, suficientemente hondo como para traspasar las dos pieles y que luego sea más fácil pelarlas. Las ponemos en la sartén sin tapar y a fuego fuerte hasta que veamos que van haciéndose. Les damos un meneo de vez en cuando para que se vayan girando y haciendo por todas partes.
Lo suyo es ajustar para que no queden chamuscadas pero tampoco crudas y duras por dentro. Dependerá del tamaño de la castaña, pero en unos 20 o 30 minutos a fuego medio seguramente estarán.
Si no tenemos fuego de gas hay que descartar esta sartén especial porque no funcionará bien con vitrocerámica o inducción. Podemos pasarnos a los dos métodos siguientes o bien usar una sartén convencional -que esté vieja, porque igual la chamuscamos un poco- ligeramente engrasada con una gota de aceite e ir haciendo las castañas a fuego medio y con la sartén tapada hasta que estén bien hechas.
Al horno
Es posiblemente la opción más cómoda y productiva, porque podemos poner un montón en la bandeja y casi olvidarnos. El resultado es muy decente, aunque le falta ese punto de fuego directo que tuesta la cáscara y le da un toque ahumado.
Directamente sobre la bandeja o sobre un papel de horno si somos más finos, repetimos la jugada: lavar, secar, cortar y, con el horno precalentado a todo lo que dé, ponemos las castañas a 200 o 250 grados unos 20 minutos. Cuando hayan pasado 10 minutos, observamos cómo están y les damos la vuelta.
Sirve para todos los métodos, pero una vez asadas y todavía calientes -cuando mejor se pelan, claro-, un toque de sal no les sienta nada mal. Cuestión de probarlo y ver si nos gustan más como siempre o con este golpe salado que contrasta con su sabor.
Si nos quedan demasiado secas, un truco que se puede usar es tenerlas unos minutos a remojo en agua caliente antes de hornearlas. No lo hemos probado -simplemente las lavamos y dejamos un poco húmedas para que se resequen menos-, pero dicen que es muy efectivo.
Al microondas
La verdad es que es un sistema que hemos usado mucho en casa y que resulta práctico, rápido y limpio. El resultado no es tanto una castaña asada tradicional como una cocida, pero funciona muy bien para un antojo exprés o, por ejemplo, si necesitamos castañas para incorporar a alguna otra receta. Por cierto, en Webos Fritos explican una forma de cocerlas muy similar y sencilla.
No obstante, según leemos en varios sitios, asar castañas en el microondas puede dar algún problema con el vapor que sueltan al cocinarse, así que mejor andar con cuidado y no dejarlas sin atender. Nosotros no hemos tenido nunca ningún problema, pero avisado queda todo el mundo.
Repetimos una vez más el proceso de lavar, secar (que queden un poco húmedas, así se secarán menos al hacerse) y en un recipiente apto para microondas, y tapado, las tenemos unos 2 minutos a 800W.
Dependerá de la cantidad de castañas (entre 10 y 12 por tanda está bien) y de su tamaño, pero probar con dos minutos y después poner otro medio minuto o hasta 3 como mucho puede ser un buen sistema. En este caso más que nunca es importante pelarlas bien calientes porque si no luego nos darán muchos problemas. Y comerlas recién hechas también es una buena idea si las hacemos al microondas.
Y vosotros, ¿cómo lo hacéis en casa? Contadnos vuestros métodos y trucos para asar castañas tan buenas -o casi- como las de los puestos de la calle.
La receta es fácil y clara… Y la redacción del artículo, como en esa parte que dice «quejarse un poco -sólo un poco- porque están más caras que el año pasado», es verdaderamente DELICIOSA! Gracias amigos de La Gulateca.
Para un antojo , si las metéis en la tostadora de toda la vida tambien se asan……a media temperatura y como 3 bajadas de palanca y de doce en doce no mas , acordaos de hacerles el corte a las castañas….y ya teneis para un antojo.
Me pueden decir como asar castañas en sartén convencional, gracias
Un truco muy practico que me enseño una amiga del Bierzo es asar las castañas y pelarlas se dejan enfriar y se congelan en una bolsa, cuando quieras darte un capricho solo tienes que sacar un puñado del congelador se ponen un minuto en el microondas a la máxima potencia y te salen como recién asadas
«Cuando hayan pasado 10 minutos observamos cómo están y les damos la vuelta.»
Si en lugar de usar la bandeja, usas la rejilla… te ahorras darles la vuelta.
Un truquito para saber si tienen gusanos;
Si la castaña tiene un agujerito, tíralas! Lleva gusano,
Si están completamente cerradas están perfectas!
En el norte es tipico para las noches frias de invierno.
cocerlas.
una noche fria, cogrd badstantes castañas y les quitas solo la cascara, si se va piel no pasa nada.
las cueces en abundante agua. las sacas del agua con la spumadera y empiezas a pelar con cuidado de no quemarte.
calientas un tazon de leche, hechas las castañas, azucar al gusto ….
y listo una cena rica, caliente y que llena bastante.
Es receta tipica que viene de pueblo, domde habia mucho castaño, muchas vacas y poco dinero.
Mi abuela ponía agua a cocer con anis estrellado, para infusionarlo, luego dejaba a remojo las castañas en ese agua y depués a la sartén de agujeritos. Y la verdad que tenían un punto bien bueno
Castañas al vapor, es cómo las hago yo. Están deliciosas, más suaves que las asadas y no tan pastosas cómo las cocidas.
Te recomiendo que las pruebes. Primero les quito la cáscara externa (incluso la interna si están bien secas). Y se dejan hasta que empiecen a estar perforarles a la presión de un tenedor.
En la tostadora de pan 🙂
Para que aprendais