Hacia la prohibición del foie: próxima parada, Nueva York

Una granja de gansos (Foto: GTres)

Cada cual vive como puede con sus propias contradicciones. Y lo mismo que al comprar ropa o un móvil posiblemente estamos lejos de contribuir a un sistema de producción más sostenible y justo, a la hora de comer pasa lo mismo. Con razón muchos dicen que la lista de la compra es una de las armas políticas más potentes del momento.

Pero volviendo a esto de las incongruencias, lo mismo que todos nos comemos alguna vez una Pantera Rosa sabiendo que no es saludable, pisamos una cadena de hamburgueserías con más o menos sentimiento de culpa o nos zampamos un chuletón sabiendo que hay que comer menos carne, el foie ocupa un lugar destacado en esto de la bipolaridad gastronómica.

Y es que seguro que somos muchos a los que nos encanta y de vez en cuando lo comemos, pero preferimos no recordar cómo se produce. Dicen quienes lo han oído que escuchar el sonido de la alimentación forzada a los patos en una granja te quita para siempre las ganas de volver a comerlo.

Un tema que, por supuesto, no es nuevo pero que de vez en cuando vuelve a saltar a los titulares y desatar la consiguiente polémica. Y es que Nueva York ha aprobado, tras un largo proceso, la prohibición de la producción y comercialización de foie, siguiendo los pasos del estado de California.

Algo que puede suponer un duro golpe para el sector, tanto para las granjas productoras de la zona como para un mercado que tiene en la ciudad de Nueva York uno de sus puntos de referencia gastronómica mundial. Pero no se trata solo de una cuestión económica, sino que esta prohibición vuelve a poner sobre la mesa el futuro de un producto basado en la alimentación forzada de los animales para hipertrofiar su hígado. Porque, nos guste o no, de eso va el foie.

¿Y qué opinan en Francia? Trasladamos la pregunta a amigos de allí que no dudan en recurrir a una comparación bastante recurrente con este tema: la tauromaquia. Aunque visto desde fuera el foie puede parecer una auténtica burrada, son muchos los que consideran que se trata de un producto muy arraigado a la cultura gastronómica.

Vaya, que aunque hay voces discrepantes -posiblemente menos que con los toros en España-, costará instaurar un cambio de costumbres vinculada al bienestar animal.

En España, no solo nos pilla relativamente cerca sino que somos uno de los pocos países del mundo en los que no está prohibida la alimentación forzosa de animales. ¿Pero acaso la vida de muchos pollos o cerdos en granjas intensivas no se puede considerar maltrato animal y sí la crianza de patos? Otra de esas preguntas que suelen salir cuando se aborda el tema de las granjas de foie y para la que, sinceramente, cuesta tener respuesta.

No es fácil saber si será cuestión de pocos o muchos años, pero en un momento en el que el consumo de carne y la ganadería industrial comienzan a estar más cuestionados que nunca resulta difícil pensar que la producción de foie pueda seguir mirando para otro lado durante mucho tiempo, apoyándose en argumentos como que siempre se ha hecho así, que es parte de la historia, que da trabajo o incluso que está muy bueno.

2 COMENTARIOS

  1. Dentro de poco los humanos se alimentarán del aire. Todo es malo o debería de estar prohibido, porque hasta los inocentes vegetales tienen toneladas de químicos.

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