Intenso, aromático, fresco… La lista de adjetivos puede ser larga pero, al final, la idea es la misma: estamos ante un Albariño canónico y especialmente logrado en esta añada 2018 donde el clima y la cosecha fueron excelentes. No diremos lo de color pajizo aunque eso siempre luce mucho cuando hay gente delante -sí, tiene color pajizo- porque es más interesante destacar lo bien que se expresa aquí esta uva tan atlántica.
Conseguir la máxima expresión del Albariño es, de hecho, uno de los objetivos de esta bodega desde hace décadas, y con botellas como esta lo consigue. Pero no hay que equivocarse entre tanto frescor y aromas tropicales en la copa, porque este es un blanco con estructura suficiente para aguantar sin prisas en botella y darnos una alegría dentro de 2 o 3 años.
Aunque decir que tiene una crianza sobre lías de al menos cinco meses parece el típico detalle que no aporta demasiado si no se es un entendido, en realidad tiene su importancia, porque eso es justo lo que da estructura a este blanco fresco para convertirlo en algo un poco más serio. En el buen sentido de la palabra, claro.
Vaya, un Albariño de Rías Baixas con una estupenda relación calidad-precio y que luce especialmente interesante en este 2018. Para comprar dos: una para beber ahora y otra para guardar.
Variedades: Albariño
Zona: DO Rías Baixas
Para hacerte el listo: la de 2018 fue una de las mejores cosechas de la zona en años
Precio: 13 euros