Hace meses que la marca funciona sirviendo hamburguesas a domicilio por todo Barcelona y, según nos cuentan, con un éxito más que notable y una media de 400 pedidos diarios. Tanto que ahora Vicio ha decidido dejar de ser uno de esos restaurantes virtuales para estrenar local en Barcelona.
Es el primero de esta casa creada por Aleix Puig, ganador de MasterChef 7 y que da la vuelta a la estrategia tradicional: montar un restaurante y luego pensar en el servicio a domicilio. «Ahora podemos ver si la marca funciona, hacer números y a partir de ahí pensar si tiene sentido un local y la inversión necesaria», nos explica Puig mientras, alrededor, se ultiman los detalles del local, pocas horas antes de abrir.
Tiene las ideas muy claras, con un discurso más cercano al emprendedor que al de un chef convencional. Tal vez por eso, tras ganar el popular talent show gastronómico, no pensó en alta cocina o en Estrellas Michelin, sino que creó esta marca.
Porque Vicio, más que un restaurante es eso, una marca. Una start-up, que lo mismo sirve para unas hamburguesas que -tampoco lo descarta- una línea de ropa. Un marketing cuidado, imagen desenfadada y provocadora («te damos lo tuyo» es uno de los lemas de la casa) y la búsqueda de un público joven son algunos de los pilares.
Comer una hamburguesa rica se da por hecho, pero tampoco es lo más importante. O lo único importante, porque asumen que, por mucha experiencia, marca y demás, la gente solo vuelve si le gusta.
Aunque empezaron también sirviendo pizzas, luego las retiraron del menú para especializarse en hamburguesas. Al estilo americano, nos explica, con pocos ingredientes, que se puedan comer en poco bocados -unos 7, dicen los cánones- con buen pan, carne, queso, alguna salsa y poco más. Una trufada es lo más exótico que ofrecen online y en el nuevo local donde, por cierto, estrenarán carta de batidos.
Unas hamburguesas que no quieren jugar a ser las más grandes, auténticas o gourmets. La batalla de Vicio va por otro lado. Una experiencia diferente alrededor de pedir y comer una hamburguesa, explica. “Starbucks tampoco inventó el café, pero sí cambió la forma de consumirlo y pedirlo”, señala.
¿El Starbucks de las hamburguesas? Puig sonríe al escuchar la pregunta, dejando claro que firma encantado esa comparación. Si desde casa y de la mano de Glovo ya llevan tiempo queriendo darle su toque especial a algo aparentemente tan poco atractivo como pedir y recibir una hamburguesa, la idea se refuerza en el local recién abierto en la calle Vía Augusta de Barcelona.
Pantallas gigantes para hacer el pedido casi igual que en la aplicación -será la única forma de pedir en el local, de hecho-, una barra corrida para quienes se animen a comer allí, cocina a la vista -quieren convertir la dark kitchen en bright kitchen– una inversión de un millón de euros, y un equipo de 30 personas involucrado en el proyecto.
Junto a este local en Barcelona y otro de verano en la Costa Brava, el plan de expansión es ambicioso, incluyendo también apertura en Madrid en septiembre y, después, más locales y más ciudades.