A muchos, Rioja les sigue sonando a vinos clásicos con los que es fácil acertar. Pero más allá de este tópico y de que lo de acertar sea bastante cierto, en realidad hace años que las cosas están cambiando en la que puede presumir de ser la denominación de origen más conocida del país. Y no hablamos sólo de esas etiquetas modernas y llenas de colores que al final son las que consiguen atraer a un gran porcentaje del público, sino del tipo de vinos y del cultivo y recuperación de uvas que marcarán los vinos que beberemos dentro de unos años.
Así que, aprovechando que a comienzos de año siempre se repasan las tendencias de lo que se comerá y beberá en los próximos meses, tras visitar el otoño pasado los campos y la bodega experimental de Campo Viejo, hemos consultado con Elena Adell -enóloga del grupo- sobre esas nuevas variedades con las que ya está jugando para definir esos nuevos vinos.
En realidad, no cabe esperar cambios radicales, advierte. Y es que lo que algunos llaman conservadurismo, en términos de mercado es muy diferente: que el cliente se encuentre con lo que espera dentro de la botella. Las bodegas siempre observan las tendencias de mercado y evolucionan a ese ritmo.
Según Adell, los blancos de Rioja serán unos de los grandes protagonistas en los próximos años. «Tengo una gran confianza en las variedades autóctonas blancas que se han incorporado: Tempranillo blanco, Maturana blanca y Turruntés. Son grandes variedades que van a aportar mucho a los vinos blancos de Rioja, porque nos van a permitir hacer vinos muy atractivos y diferentes a los actuales», explica.
De hecho, la Tempranillo blanca ya se está utilizando junto a la Viura en un blanco de Campo Viejo que, por ahora, sólo está disponible en el mercado inglés. «Quisimos que formara parte del ensamblaje de Reino Unido precisamente para sorprender y triunfar en ese mercado con un vino atractivo y sobre todo diferente», nos explica.
Rioja tiene grandes blancos que ofrecer porque dispone de variedades únicas y diversidad de estilos: desde vinos jóvenes frescos, afrutados, hasta fermentados en barrica capaces de evolucionar maravillosamente con el paso de los años, apunta Elena Adell.
Pero más allá de esa apuesta por los blancos de Rioja, también en los tintos se están introduciendo nuevas variedades que cambiarán el perfil de algunos de los vinos tintos de esta conocida bodega. «Confío mucho en la uva Maturana tinta, la única tinta que se ha incorporado. Es fantástica para crear vinos de larga guarda, de esos que crecen con la crianza en barrica y en botella, que son deliciosos más jóvenes y que se van convirtiendo en auténticas joyas si tenemos paciencia y los dejamos madurar», señala la enóloga.
¿Seguro que Rioja sigue siendo sinónimo de vinos clásicos? Igual ha llegado el momento de revisar algunos tópicos instalados en el mundo vinícola.
Si el clima lo permite.
Exquisitos como siempre …..