Por Ninna Jorro
La primavera no solo lleva consigo desordenes hormonales, alergias varias y esquizofrenia en el vestir. También es la época en la que las fruterías recobran la alegría perdida durante el invierno. Porque no nos engañemos, en general, motivan más los frutos del calor que los del frío. Con el buen tiempo llegan las fresas primero, seguidas de nísperos, los primeros albaricoques y finalmente las cerezas.
Como teníamos mono nos lanzamos a por nísperos a la primera de cambio, como si no hubiera un mañana. No tenemos medida. Así que para darle otra salida al género decidimos hacer una tarta muy sencilla, que se puede preparar de forma individual como postre de lujo.
Ingredientes (para 2 pasteles individuales)
- Una lámina de pasta brisa
- 4 nísperos
- Mantequilla
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- Frambuesas para decorar
Para la crema pastelera
- 1/2 litro de leche
- 3 yemas de huevo
- 120 gr. de azúcar
- 50 gr. de harina o harina refinada de maíz
- 1 vaina de vainilla
Preparación
Las cantidades para la crema pastelera son generosas. Advertimos que va a sobrar, pero ya que estamos hacemos de más. La que sobre podemos comerla a cucharadas a escondidas y sentirnos unos vacaburras o bien meter en envases individuales, caramelizar por encima y congelar para tener un postre listo para otro día.
La preparación de la crema pastelera no es complicada pero es importante seguir bien los pasos. Calentamos la leche con la vaina de vainilla abierta a lo largo hasta que hierva. Apagamos el fuego y dejamos que se temple. Sacamos la vaina de la leche.
Por otro lado batimos las tres yemas con el azúcar hasta que quede una mezcla homogénea y blancucha. Entonces añadimos la harina o Maicena y volvemos a mezclar bien. Es importante que no queden grumos. Es el momento de mezclar con la leche. Para ello echamos leche poco a poco a la mezcla de huevos, azúcar y harina y vamos disolviendo bien. Cuando esté bien incorporada toda la leche volvemos a meter al fuego, esta vez bajo. No paramos de remover hasta que espese. Sacamos del fuego sin dejar de remover. Dejamos enfriar y guardamos en la nevera.
La segunda parte de la tarta no tiene mucho secreto. Cortamos con un aro de emplatar, o lo que no sirva de molde, 4 círculos de masa de unos 10 cm de diámetro. Es ideal si tenemos moldes individuales o un aro de emplatar que hará la misma función. Dos de los círculos de masa los metemos en la base del molde o aro. Encima ponemos dos nísperos por círculo cortados en ocho trozos. Añadimos unos daditos de mantequilla y una cucharada generosa de azúcar integral a cada uno. Los horneamos a 180º durante unos 30 minutos o hasta que esté bien hecha la masa y la fruta cocida y caramelizada.
Por otro lado horneamos los dos círculos de masa restante durante unos 10-15 minutos. Todo esto lo podemos tener preparado anteriormente de modo que cuando sea el momento solo haya que montar la tarta. Para ello ponemos un círculo de masa cubierto generosamente con crema pastelera. Encima ponemos la masa con la fruta y acabamos de decorar con unas frambuesas frescas.
La receta admite muchas variantes, por ejemplo utilizar hojaldre en lugar de masa brisa o cualquier tipo de fruta de textura firme como albaricoques, melocotones, manzana… lo que haya por casa.
