El café con hielo perfecto

Maceración en frío o cold brew son términos que posiblemente sólo a los expertos en café les resulten familiares. Así que en Fred han optado por presentar su nuevo café en frío como una alternativa que a todos nos resulta mucho más familiar: el café con hielo, toda una institución del país durante los meses de verano y que ahora, en septiembre, la verdad es que sigue apeteciendo.

Preparar un café en caliente para luego tomarlo con hielos no tiene demasiado sentido, nos explican David y Jorge. Navarros pero afincados en Barcelona, su pasión por el café les ha llevado a crear su propia marca de café en frío con un objetivo claro: asegurarse que en casa o en el bar podamos tener a mano el café con hielo perfecto.

¿Otro invento de modernos? No lo parece: “Todos los veranos, en uno de los bares del pueblo donde crecimos, preparaban botellas de cristal llenas de café de máquina que luego metían en el frigorífico. Esto lo hacían todas las mañanas para tener el café frío después de la comida», recuerdan.

La maceración en frío, que arrasa en otros países -en Estados Unidos hay decenas de marcas que ya lo comercializan desde hace tiempo- y que por aquí empieza a sonar, no es otra cosa que macerar los granos de café molidos en agua filtrada durante un periodo de tiempo de hasta 24 horas. Después de ese tiempo y de un doble filtrado -nos cuentan sus creadores- se convierte en un café que conserva todos los matices, su dulzura natural y los aromas originales.

Un dato interesante es que no sólo se consigue mantener el mismo nivel de cafeína que en un café normal en caliente -los cold brew a veces son mucho más fuertes- sino que se consigue reducir la acidez en un 60%, por lo que puede ser una buena opción para los cafeteros con el estómago algo sensible. De la selección de granos de café y el tostado, por cierto, se encarga cafés El Magnífico, todo un clásico de Barcelona con casi 100 años de historia.

La menor acidez es algo que se agradece si nos proponemos tomarlo sin azúcar. De todos modos, no hay una normativa sobre cómo beber este Cafè Fred sino que más bien se propone como una base para prepararnos un café a nuestro gusto. Con un poco de leche y hielo, con leche condensada -lo hemos probado y buenísimo, claro-, para cócteles… Las opciones son muchas y las ventajas respecto al café tradicional también, más allá del sabor. Empezando porque los cubitos de hielo no se derriten tan rápido y, por tanto, el café no queda aguado.

Aunque ya se comercializan otros cafés en frío, Fred es el primero sin diluir. Se vende en botellas de 60 centilitros para establecimientos de hostelería -ya se puede encontrar en Madrid y Barcelona-, y de medio litro a través de la tienda on-line a un precio de 13 euros. Cada dosis son unos 30 centilitros y equivale a un café sólo, con lo que la botella pequeña da para dos (o uno doble, claro) y la grande para unos 16 cafés.

¿Demasiado tarde para hablar de café con hielo? No pasa nada porque Cafè Fred también se puede tomar caliente, y de hecho nos cuentan que ya están trabajando en nuevas versiones y alternativas de cara al invierno. De todos modos, por aquí somos de los que pensamos que, igual que los helados, un buen café con hielo es perfecto para todo el año.

«Nuestra misión es la de llevar un café de calidad a los lugares donde no hay cafeterías y baristas especializados», concluyen. Y es que, por mucho que creamos lo contrario, España tiene mucho camino por delante en la asignatura cafetera. De momento, esta fórmula es un excelente atajo para conseguir el café con hielo perfecto.