La verdad es que en La Gulateca somos más de Santo Tomás (chistorra, sidra…) que de San Valentín con sus cupcakes empalagosos y tal. Pese a ello y asumida nuestra función de servicio público hemos decidido hacer de tripas corazón -nunca mejor dicho- y reunir algunas de los mejores ideas para esta entrañable celebración.
Y es que, más allá de las flores, los bombones y los discos de Pablo Alborán, ahí fuera existe todo un universo de regalos gastronómicos que navegan entre el surrealismo y la horterada.
No ha sido fácil recopilarlos sin caer en un coma diabético ni enloquecer por ataques de verguenza ajena, pero alguien tenía que hacerlo. Seguramente hay muchos más y puede que peores, pero estos son nuestros preferidos:
- «Corazón loco». No es una canción de Bisbal, es un vino
Lo fácil habría sido coger cualquiera de esos cavas, champán o espumosos rosados que se han puesto tan de moda últimamente. Pero nos gustan los retos así que no hemos parado hasta dar con el nombre de vino más cuqui del mercado.
Corazón Loco es «la línea más dinámica, joven, internacional e incluso atrevida de Bodega Iniesta», dicen sus creadores. Tinto, blanco, rosado y un blanco dulce con una simpática piruleta de corazón en la etiqueta. Romaticismo enológico que al menos nos ha servido para descubrir que existe una denominación de origen Manchuela.
- Díselo con un jamón
Las flores están muy bien. Pero mucho mejor si van acompañadas de un jamón. Esta es la genial propuesta de estos lotes de San Valentín que demuestran que el romanticismo ibérico también existe. A partir de 40 euros, paleta serrana, cava, bombones y una «flor de decoración». Si ella (o él) se resisten a este órdago jamonero del amor, sal corriendo.
- El anillo más dulce
¿Puede haber algo más bonito que pedir matrimonio, compromiso, rollo, hipoteca… lo que sea el día de San Valentín? Sí: hacerlo con este anillo de Nutella que hemos encontrado en ese hipermercado del surrealismo llamado Etsy. Importante, eso sí, asegurarse de que la destinataria del anillo en cuestión no pertenezca a alguna secta defensora de la Nocilla.
- Los chuches, el chocolate y las fotos: apuesta segura
Lo de los bombones así a a palo seco ya está muy visto, así que hace falta un plan B para decirle a tu churri que es la estrella que más brilla en el firmamento. Primera opción: escribirle eso mismo (o algo aún más romántico si cabe) con chocolate o con chuches. Segunda opción: convertir una caja de bombones en algo más bonico poniéndo una foto vuestra. De hecho, no te cortes… además de los bombones ponle fotos a todo lo que se pueda y deje: tazas, almohadas, bolsos. Amor es eso. Y Belén Esteban lo sabe.
- Rabitos e higos
Como somos muy del chiste fácil, este postre -que por otra parte seguro que está buenísimo- ha sido declarado en La Gulateca como el mejor regalo para San Valentín de todos los tiempos.
«Rabitos». Así se llaman estos bombones de higo. Rabitos, higo… ¿no es genial? (Guiño-guiño-codazo). Si quien reciba el regalo no capta la indirecta, tienes un problema.
- Un San Valentín muy cerdo
Lo del lote ibérico y romántico no ha hecho sino confirmar lo que ya imaginábamos: San Valentín es una fiesta muy cerda. Tanto que, al otro lado del Atlántico, los adictos al bacón aprovechan cualquier excusa para reivindicar su mundo de tocino y grasa de la buena. Un buen cargamento de lonchas de bacón para declarar tu amor mientras se van haciendo en la sartén es, sin duda, una forma original de afrontar esta fecha tan cursi.
- Demasiado corazón
San Valentín es la excusa perfecta para librarse del stock de todas esas cosas que un día alguien decidió fabricar con forma de corazón y no hay forma de vender. Más allá de los clásicos, también hay un molde para crear un enorme corazón de hielo con el que enfriar ese gintonic con pétalos de rosa que seguro tomas, una espátula de corazón e incluso -atención- un trasto para marcar al fuego los filetes con dos corazones. Precioso.
Nos reiríamos si no fuera porque todavía estamos en shock al descubrir que nuestra idolatrada Le Creuset ha perpetrado una cazuela, fuentes de horno y cuencos varios con forma de corazón. Eso ha dolido amigos.
- «Mariscada romántica». En serio
Cada uno cena y regala lo que le da la gana, cierto. Pero hay que reconocer que un centollo no figuraría entre las primeras cosas que nos vienen a la cabeza al pensar en romanticismo. Mal hecho, porque una mariscada «para disfrutar en pareja» es lo más. Además, tal y como nos recuerdan desde esta innovadora tienda on-line, no hay menú más afrodisiaco que éste. Si resulta que tu pareja es alérgica al marisco o no acaba de verle el punto juguetón a lo de zampar nécoras a duo, los carnívoros que anden por Barcelona están de suerte: en Heart Burger las hamburguesas tienen forma de corazón.
- Tú eres mi quesito
Si eres de esos que usa términos como «quesito» y sigues en libertad (tanta reforma penitenciaria…) mañana es el día para dar rienda suelta a uno de tus sueños. El susodicho «quesito» existe y, por supuesto, tiene forma de corazón. De hecho estamos ante un completo lote de quesos acorazonados que nos obligan a plantearnos en alto esa gran pregunta: ¿era necesario? Por cierto, ¿a que no hay huevos de hacerlo con un cabrales…?
- Un chupa chups con indirecta
Si lo de los «rabitos» y el «higo» no ha sido suficiente para desatar la pasión, tal vez deberías replantearte algunas cosas. Bueno, de hecho si estás tomándote en serio esta lista es para hacérselo mirar. Pero, en fin, metidos en faena no es momento de frenar y el objetivo está claro: acabar San Valentín encamados. Este sutil y elegante chupa chups doble seguro que te ayuda con tu plan para convertirte por una noche en un seductor del que Bertín Osborne estaría orgulloso.
Bonus track: por mucho que lo intentemos, nada puede superar el nivel de surrealismo que impera en Japón. Así que merece la pena echarle un vistazo a algunas de las rarezas de San Valentín que se perpetran en aquel país y que recopilaron hace tiempo los amigos de Japonismo.
En general, es todo bastante ñoño, me parece de lo menos romántico el jamón y la mariscada, y sobre todo lo del bacon. Me quedo con el queso en forma de corazón, que si es el Neufchatel de Normandía es una auténtica delicia.
http://cocinarconciencia.blogspot.com
[…] celebrar este día, después de visitar a su terapeuta tienen dos opciones: elegir alguno de estos surrealistas y romántico regalos gastronómicos o aprovechar para regalar (o regalarse) una de estas cinco cámaras cuquis que hemos elegido con […]
La hamburguesa y el anillo de nutella estan genial. AHora mismo a buscarlo en la red. Muchas gracias por el aporte y sobre todo por las ideas.
Saludos
Pues a mi me encanta, me parece muy original y creo que se va a volver a poner de moda en este año. Eso si, siempre siempre siempre lo mejor para san valenín van a ser unas gambitas con perejil!!!
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jajaja que pasada !
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no me lo creo!
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joder q coñazo
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