Es un concepto curioso el de ‘afternoon salad’. Lo encontramos en un par de libros de recetas americanos, concretamente en su sección de brunch. Sí, más allá de los huevos benedict y los bagels, hay una opción brunchiana con menos colesterol pero igualmente apetecible. Las ensaladas de tarde son contundentes y distan mucho de la típica a base de lechuga, tomate y cebolla.
En este caso nos hemos inspirado en la Golden Afternoon Salad del libro de recetas de Alice’s Tea Cup para hacer nuestra propia versión de ensalada de tarde con ingredientes fácilmente localizables en las estanterías del supermercado.
Ingredientes (para 4 personas)
- Dos remolachas medianas
- Dos zanahorias
- Un bote de mazorquitas de maiz (usaremos la mitad más o menos)
- 100 gr. de trigo tierno
- Un diente de ajo
- Dos cucharadas de queso para untar
- 2 cucharadas de leche
- Hierbas arómaticas al gusto (en nuestro caso cebollino, perejil y tomillo)
- Lechuga/mezcla para ensalada al gusto
- Aceite de girasol
- Vinagre de vino
- Sal
- Pimienta
Lo primero es hervir durante 30 minutos las remolachas, dejarlas enfriar, pelarlas y cortarlas en taquitos. Nosotros, que somos un poco vagos, las hemos comprado ya hervidas y envasadas al vacío en el supermercado así que sólo hemos tenido que cortarlas. Ambas opciones son válidas.
En una olla con abundante agua, un poco de sal, una pizca de pimienta y un chorrito de aceite de girasol, ponemos a cocer el trigo entre 8 y 10 minutos, dependiendo del fabricante. Una vez cocido, lo dejaremos enfriar.
En una sartén honda con un chorrito de aceite – aproximadamente una cucharada no más – ponemos a dorar el ajo picado. Cuando se haya dorado un poco añadimos tres cucharadas de vinagre y una cucharadita de agua. Lo cocemos a fuego medio, removiendo suavemente, hasta que el líquido haya emulsionado.
Añadimos las remolachas y las zanahorias cortadas en tacos, las mazorquitas y una pizca de sal y pimienta. Salteamos entre 3 y 5 minutos, teniendo cuidado de que no se nos quemen ni se reblandezcan demasiado, la idea es que las mazorquitas y las zanahorias queden un poco crujientes. Una vez salteado todo, reservamos.
En un bol mezclamos las hierbas, el queso de untar y la leche y removemos hasta que todo quede bien mezclado. Añadimos entonces el salteado y el trigo y lo mezclamos con cuidado para que los sabores se combinen.
Hemos probado un par de variaciones de esta ensalada. Una de ellas es sustituir las mazorquitas por palmito, pero el resultado es algo sosillo. Otra opción es sustituirlas por maiz dulce y, la verdad, es que no queda del todo mal. La última variación, para los amantes del queso, es sustituir el queso de untar por otro más fuerte.
Llega el momento de servir. En la base del plato ponemos la lechuga o la mezcla de brotes -nosotros nos hemos decantado por lo segundo- y añadimos el combinado de trigo y vegetales encima. Ya tenemos nuestra ensalada de tarde lista.
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