Bizcocho energético de plátano y nueces

bizcocho

El bizcocho es el más socorrido de los dulces. Se prepara sin casi esfuerzo, es difícil que salga mal y admite prácticamente cualquier ingrediente. Además es la típica receta con la que podemos involucrar -o sea, distraer y tener quietos un rato- a los niños esos días en que no pueden salir de casa y ponen en peligro la integridad del mobiliario casero.

Sabemos que a estas altura innovar con un bizcocho es casi imposible. Pero la verdad es que nos encanta esta versión surgida de dos necesidades: aprovechar unos plátanos demasiado maduros y preparar un desayuno nutritivo y completo para este mismo niño de energía desbordante.

El resultado no es un bizcocho ligero y esponjoso y está muy lejos de ser light. Pero viene muy bien para días de actividad deportiva y por supuesto, para humanos en edad de crecimiento. Además lo hemos coronado con una crema de queso aromatizada. Ya puestos…

Ingredientes:

  • 2 plátanos pequeños
  • 2 puñados de nueces molidas
  • 3 huevos
  • 1 yogur natural
  • 1 vaso de yogur de aceite suave
  • 2 vasos de azúcar
  • 2 1/2 vasos de harina -de la normal de toda la vida-
  • Un sobre de levadura química
  • Un puñado de arándanos secos

Para la crema:

  • Queso crema
  • Azúcar glas
  • 2 vainas de cardamomo
  • Canela molida
  • Aroma de naranja

Preparación:

Esta receta es una variación del típico bizcocho de yogur cuya facilidad de preparación es casi insultante. Lo mismo vale en este caso. Básicamente se trata de mezclar bien todos los ingredientes. Pero debemos tener en cuenta algunos pasos previos. El primero es poner a calentar el horno a 180º.

El segundo es poner los arándanos a remojo en agua tibia. Actualmente se encuentran en muchos supermercados, pero si tenéis problemas para encontrarlos podéis recurrir a unas pasas.

El tercer paso es triturar las nueces con un robot de cocina, que es más fácil y menos laborioso que a cuchillo. Podríamos usar las nueces en trozos grandes, pero hemos optado por triturar bien para evitar problemas con niños menores de tres años. Además las nueces trituradas le dan una textura diferente.

El último paso previo es aplastar los plátanos con un tenedor. Podemos añadirle unas gotas de limón para que no se oxide y ennegrezca en exceso.

Ahora sí llega el momento de mezclar yogur, azúcar, huevos y zumo de naranja. A continuación añadimos harina, levadura, las nueces picadas y el plátano. Una vez esté todo bien integrado -basta con mezclar con unas varillas manuales- lo vertemos en un molde. En caso de no disponer de molde de silicona, no olvidemos untarlo con mantequilla y espolvorearlo con harina.

Metemos al horno hasta que esté a punto. No vamos a indicar un tiempo concreto porque depende del molde y del horno. En nuestro caso estuvo 45 minutos, pero recomendamos que a partir de los 30 minutos vayáis haciendo la prueba del palillo. Ya sabéis, en cuanto salga seco estará listo.

Una vez frío preparamos la cobertura. Mezclamos el queso crema con azúcar glas al gusto. En un mortero machacamos las semillas marrones de cardamomo que se encuentran dentro de la vaina. Lo añadimos al queso junto con algo de canela en polvo y una gota de aroma de naranja, que podemos perfectamente sustituir por un poco de ralladura de naranja. Untamos bien el bizcocho con la mezcla de queso especiada.

Tenemos listo el dulce perfecto para un desayuno completo; para una merienda de estas que acaban con la frase «hoy creo que cenaré algo de fruta» o, también, como ágape previo a correr una maratón. Energía pura.

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