Receta: sopa de verduras ‘minestrone’

(Fotos: Emma García para La Gulateca)

Nos encanta el frío y nos encanta cocinar, así que ahora que las temperaturas por fin han bajado tenemos la excusa perfecta para preparar uno de esos platos de invierno que tanto apetecen. ¿Y que mejor que una sopa minestrone para inaugurar la temporada sopera?

Como ocurre con muchas otros platos, seguramente hay una receta canónica de la sopa minestrone, pero a la hora de la verdad, en cada pueblo y en cada casa se prepara de una manera. En nuestro caso, nada de purismos y muchos ingredientes de temporada.

La base siempre son las verduras, y lo ideal es usar las que haya en ese momento en el mercado. La minestrone es una sopa sencilla y fácil de hacer. Es verdad que requiere un poco de tiempo, pero la buena noticia es que si usamos una cazuela bien grande tendremos sopa para unos cuantos días, porque es de esos platos que no sólo aguanta bien en la nevera, sino que incluso mejora de un día para otro.

Por supuesto también se puede congelar y así tendremos una cena estupenda lista en unos minutos para esos días de frío que nos esperan a partir de ahora. O eso se supone, claro.

Ingredientes

  • 100 gr. de apio
  • 1 puerro
  • 1 cebolla
  • 300 gr. de calabaza
  • 1 chirivía
  • 250 gr. de zanahorias
  • 4 tomates maduros
  • 1 brócoli
  • 2 ajos
  • 100 gr. de espinacas
  • 50 gr. de tocino
  • 100 gr. de tacos de jamón
  • 300 gr. de alubias cocidas
  • 250 gr. de pasta pequeña
  • Queso parmesano

1. Lo primero que tenemos que hacer y que es la única parte un poco más laboriosa de esta sopa es preparar todos los ingredientes y tenerlos listos para ir añadiendo a la sopa en su momento preciso. Lavamos todo muy bien; picamos la cebolla, el ajo y los tomates; cortamos en trozos pequeños el apio (dejamos las hojas enteras para dar sabor), puerro, calabaza y zanahoria, y lo mismo con el brócoli: cortaremos las ramas y aprovecharemos también el tronco. Las espinacas podemos cortarlas o dejarlas enteras si son pequeñas.

Rallamos el parmesano y guardamos la corteza del final que añadiremos a la sopa. Es una tradición italiana para dar más sabor, y también es algo así como el premio a quien le toca. Dicen los italianos que suele ser motivo de pelea entre los más pequeños. Por cierto, hemos usado calabaza porque nos encanta y está en temporada, pero también podemos utilizar patatas.

2. En la misma olla que vamos a utilizar, preparamos el sofrito. Sofreímos la cebolla unos minutos hasta que empiece a dorarse. A continuación añadimos el ajo, el tomate triturado, el apio, el tocino y los tacos de jamón. Añadimos sal y especias (pimienta, clavo…) y dejamos unos 10 minutos.

3. Añadimos el restos de ingredientes, excepto el brócoli (el tronco sí lo añadimos), la pasta, las alubias y las espinacas, que los reservamos para los últimos 15 minutos. Dejamos la cazuela a fuego lento durante unas dos horas. Se puede hacer en menos tiempo, pero la gracia de esta sopa es una cocción lenta que nos de un caldo bien sabroso. También es el momento de añadir la corteza de parmesano. Aunque en la receta se da por hecho que las verduras van a quedar un poco blandas, si queremos una versión en la que estén más duras y crujientes, sólo es cuestión de ajustar los tiempos y comprobar cómo están pasada una hora y media.

4. Pasadas las 2 horas en las que habremos ido removiendo los ingredientes de vez en cuando, probamos el caldo para corregir el punto de sal.  Ahora añadiremos la pasta, las alubias, las ramitas de brócoli y las espinacas, y lo dejamos unos 10 minutos más.

5. Apagamos el fuego y dejamos reposar unos minutos. Servimos la sopa en un plato y añadimos por encima el queso parmesano y unas hojitas de albahaca fresca.

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