El Calippo es otro clásico de nuestros veranos ochenteros que sigue triunfando a día de hoy entre los pequeños y también adultos nostálgicos. Aunque ahora podemos encontrar de más sabores, en su origen, el sabor de lima y limón era el único que podíamos encontrar en los carteles del bar de la esquina o la heladería del barrio. Un tiempo después apareció el sabor a fresa, pero el primero ya había conquistado nuestros corazones para siempre.
Compartía protagonismo con otros iconos de la conocida marca Frigo, como el Frigodedo, Drácula, Capitán Cola (el cohete) o el Frigopie, del que también hicimos hace un tiempo la receta casera con un resultado buenísimo.
Los Calippo caseros son aún más fáciles de hacer, solo necesitamos, como su nombre indica, lima y limón además de agua con azúcar.
Opcionalmente, para que resulte más atractivo y se parezca más al original (no, la mezcla de lima y limón no da ese verde potente característico), podemos usar unas gotas de colorante verde o una mezcla de azul y amarillo. También necesitamos, claro, los moldes con la forma característica de este helado, que ya pueden conseguirse en muchísimos sitios.
Ingredientes para 8 calippos
- 2 limas
- 1 limón
- 500 ml. de agua
- 150 gr. de azúcar (o al gusto)
- Colorante verde (opcional)
Preparación
- En un bol o recipiente ponemos el agua con el azúcar.
- Rallamos la parte verde de las limas.
- Echamos la ralladura al bol.
- Exprimimos el zumo de las limas y el del limón.
- Ponemos el zumo en el bol con el agua, azúcar y ralladura.
- Si queremos usar colorante, añadimos unas gotas hasta que tenga el tono que queremos.
- Para mezclar, podemos usar una batidora o robot de cocina, pero también podemos hacerlo con una cuchara, de forma manual, hasta que se disuelva el azúcar. Dejamos reposar 10 minutos la mezcla.
- Pasado el reposo, mezclamos de nuevo y después colamos el contenido para quitar la ralladura de lima.
- Rellenamos los moldes de calippo con la mezcla casi hasta arriba. La forma más sencilla es pasar el líquido a una jarra para no derramar nada.
- Guardamos los moldes en el congelador. Hay que dejarlos en vertical, dentro de un recipiente o apoyados en la pared para que se congelen bien y la forma quede bonita.
- Dejamos congelar toda la noche y ya estarán listos.