¿Y si la mejor alternativa a una hamburguesa de carne no es una hamburguesa vegetal?

Hamburguesas vegetales a base de legumbres o soja existen desde hace años. Pero es ahora cuando una nueva generación de este producto que simula mucho mejor la textura y sabor de la carne real se está convirtiendo en una moda imparable. Así lo certifican los datos de venta y, sobre todo, la apuesta de las grandes compañías del sector por la denominada carne vegetal.

Y es que si pensabas que esto de las hamburguesas de guisantes era cosa de cuatro hippies, hace mucho que no pasas por el supermercado, un restaurante con aires modernos o las páginas de los periódicos. Sin ir más lejos, esta misma semana Nestle y Lidl presentaban a bombo y platillo sus nuevas hamburguesas vegetales.

«Carne que no es carne», apunta Lidl en la nota de prensa de su Next Level Burger que, a tres euros el pack de dos filetes, la verdad es que tiene una pinta estupenda.

Habrá que probarla, pero la verdad es que la cosa promete porque, según sus creadores, se trata de una receta propia pero basada en la exitosa Beyond Meat que ya puede encontrarse en algunos lineales de supermercados y, sobre todo, cadenas de hamburgueserías.

«La producción de la nueva burger vegana de Lidl supone un ahorro del 91% de emisiones de CO2 en comparación con una hamburguesa de vacuno, además de que su nuevo embalaje representará el uso de un 71% menos de plástico», nos recuerdan desde Lidl.

Poco que objetar a eso. Y menos a los efectos que la producción industrial de carne tiene sobre el planeta o el consumo excesivo de carne roja sobre la salud, por citar dos argumentos que admiten poco margen de discusión y sacan de la ecuación el tema del bienestar animal.

«Hay que comer menos carne» es una de las frases más repetidas desde hace un tiempo. Y la industria alimentaria que hasta hace nada se ocupaba de que comiéramos mucha carne ha visto claro el negocio: carne que no es carne y que, además, por regla general, se puede vender más cara que la carne abanderando temas como la sostenibilidad o la salud.

¿Quiere usted esta hamburguesa hecha con a saber qué carne y sufrimiento animal o prefiere esta modernísima hamburguesa de carne vegetal que, pese a su interminable lista de ingredientes, es más sana, salva el planeta y le permite pensar que sigue comiendo una hamburguesa? La respuesta está clara, aunque haya que pagar un poco más por ella.

El plan perfecto para una industria alimentaria que, a estas alturas, ha demostrado de sobra que la salud del consumidor es un tema bastante secundario para ellos. Y que sabe adaptar rápidamente su oferta para rentabilizar cualquier tendencia o moda que intuya en el mercado.

El problema es que tras ese discurso se suele olvidar un pequeño detalle: si hablamos de precio o de salud, la mejor alternativa a una hamburguesa de carne no es una de estas hamburguesas vegetales (un producto ultraprocesado, al fin y al cabo) sino frutas, verduras o legumbres. O una hamburguesa casera de lentejas, si insistimos en el formato y la idea.

Tal vez suena menos cool que todo esto del plant-based, pero si la idea es salvar el planeta, menos hamburguesas de supermercado -en cualquiera de sus variedades- y más mercado. Y más cocinar.

2 COMENTARIOS

  1. Pero a ver.. esto es como todo. Quien te dice a ti que quien coma esa hamburguesa no cocina diariamente y la usa sólo para darse un capricho.

    Creo que es mejor no generalizar. El que compres y comas esta hamburguesa porque te apetece un día darte un gustazo, no quita que esa misma persona no cocine a diario. Como todo, lo malo es abusar.

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