¿A estas alturas hay que convencer a alguien que hay vida más allá de los tintos? Posiblemente sí. Por eso volvemos a la carga para recordar que, pasado el verano, los calores y eso de los blancos y rosados bien fresquitos, sigue habiendo espacio para disfrutar de estos vinos.
Hemos seleccionado siete que hemos descubierto o probado recientemente y que nos parecen muy interesantes para acompañar comidas, aperitivos, cenas, lecturas o lo que se tercie durante lo que queda de este otoño. Cinco blancos de perfiles muy variados y un par de rosados también singulares que, en la mayoría de casos, pueden presumir también de un precio muy contenido.
Polvorete 2019
El más joven y desenfadado de los godello que Bodegas Emilio Moro trabaja desde hace unos años en El Bierzo. Hermano pequeño de El Zarzal y La Revelia, de la misma casa, la verdad es que la relación calidad-precio de esta nueva referencia es sensacional.
Fresco y muy expresivo, es de esos blancos aparentemente sencillos en el primer sorbo pero con matices y mucho que contar. Cuesta poco más de 8 euros en la tienda oficial de la bodega.
La Miranda de Secastilla
Un rosado de invierno. Así se presenta la última incorporación a la familia La Miranda de la bodega Secastilla del Somontano. Pudimos probarlo en una reciente visita por allí y la verdad es que nos ganó. La idea de un rosado que va más allá del clásico vino sencillo y pensado para la terraza en verano.
La Miranda es un rosado elaborado solo con garnacha. Pasa cuatro meses en barrica de roble, lo que le da estructura y ese punto de seriedad que parece llevarse también con el otoño y el invierno. Cuesta unos 10 euros.
Límite Norte
No, no nos hemos equivocado. Pese al color de la botella estamos antes un nuevo blanco de la bodega Ramón Bilbao. Y uno muy interesante, tal y como ya ocurre con el tinto (Límite Sur) de esta nueva gama en la que el territorio y las parcelas tienen un especial protagonismo.
Las uvas maturana blanca y tempranillo blanco conforman a medias este vino que llega desde la parte más occidental de La Rioja. Crianza sobre lías y unos meses de barrica aportan un punto extra de personalidad a dos variedades que ya de por sí no son muy populares.
El resultado es un blanco de mucha categoría, de esos que podemos abrir ya mismo pero que también prometen si tenemos algo de paciencia. Ronda los 20 euros, aunque es habitual encontrarlo en estuches de varias botellas o con el citado Límite Sur.
Montepedroso Enoteca 2017
Seguimos empeñados en reconciliarnos con el verdejo. Y este Montepedroso Enoteca 2017 es una excelente medicina para los que, de entrada, tuercen el morro al oír hablar de otro Rueda con esta variedad de uva.
Un blanco excepcional. Y no solo por su elegancia o por el trabajo que lleva detrás (18 meses de hormigón con sus lías y un año en botella), sino porque se trata de una referencia que solo sale el mercado en ocasiones y añadas que merecen la pena y de la que, en este caso, solo se han producido 3.000 botellas. Quienes consigan una de ellas -ronda los 30 euros- descubrirán de lo que es realmente capaz un verdejo.
Mas Llunes Garnatxa Roja
De Castilla viajamos al norte de Cataluña, a una de esas zonas no muy conocidas (DO Empordà) y donde hay vinos realmente interesantes. Como este blanco a base de uva garnacha roja de cepas antiguas y que la bodega Mas Llunes ha elaborado dentro de su gama Singulars.
Solo la variedad de uva (garnacha roya, roja o gris) daría para un par de masters de enología. Pero como no se trata de eso, nos quedamos con la singularidad de un blanco con algo de barrica que equilibra muy bien una entrada más frutal con un buen punto de acidez y el toque justo de persistencia en boca para dejar claro que es un blanco con cosas que contar. Su producción es muy limitada (unas 1.500 botellas) y el precio ronda los 17 euros.
Le Bijou Rose
¿Qué hace un rosado como tú en una lista otoñal como esta? La pregunta puede tener cierta lógica al ver la bonita botella y el color de este Le Bijou Rose de Bodegas Balbás. Nosotros también pensamos lo mismo al abrirlo mirando el calendario de reojo, pero pronto queda claro que no hace falta playa o calor para disfrutarlo.
Aunque el diseño de la botella o el nombre igual despistan un poco, aquí se ha hecho un gran trabajo para conseguir un rosado sofisticado e incluso complejo, en el buen sentido del término. Elaborado con tempranillo, su paso por barrica de roble francés le aporta un plus de elegancia. ¿El rosado perfecto? Eso seguramente no existe, pero este realmente está muy bueno. Cuesta algo más de 30 euros, por si no había quedado claro que no es un rosado más.
Jean Leon Xarel·lo 2019
Y terminamos en el Penedés catalán, con un blanco dedicado a la uva más representativa de esta zona: el xarel·lo. Este Jean Leon de su gama nativa -dedicado a uvas autóctonas- representa perfectamente el carácter mediterráneo de un vino blanco de esos que gustan siempre.
Producido en ecológico, destaca su frescura y acidez. Un par de detalles de esos que nos gustan para hacerse el listo: la crianza en lías aporta cierta untuosidad y, entre los olores, los que saben dicen que se puede localizar algo de hinojo. El precio anda sobre los 13 euros.