
Calçotada urbana son dos conceptos incompatibles según los puristas del tema. Los calçots hay que comerlos en el campo, aseguran cada vez que publicamos -y cada año lo hacemos todos- una de esas listas con las mejores opciones para comer calçots sin salir de Barcelona.
Pero como por aquí nunca hacemos demasiado caso a los puristas y estamos convencidos de que mucha gente prefiere aprovechar la temporada de calçots sin recorrer unos cuantos kilómetros, sumamos una propuesta a las habituales en Barcelona. Y además una con una peculiaridad: es una calçotada de cinco estrellas.
No es una forma de hablar, porque la organizar Belbo Terrenal, uno de los restaurantes del hotel Me Barcelona, un cinco estrellas situado en pleno centro de la ciudad. ¿Y es compatible un hotel de lujo con eso de liarse a comer calçots con la mano, carne a la parrilla, el humo y el ambiente propio de las calçotadas?
Teníamos nuestras dudas, pero hace unos días pudimos comprobar en primera persona que, efectivamente, no solo es compatible, sino que está teniendo un éxito notable. Con un precio de 41 euros por persona que resulta realmente competitivo -sobre todo teniendo en cuenta dónde estamos-, se puede elegir entre disfrutar de la calçotada en el interior o en la enorme terraza del restaurante.
Es allí donde están instaladas las parrillas encargadas de ir preparando los calçots que se sirven en tejas, como manda la tradición. Con una calidad más que correcta, a algunos no les hace gracia que se asen con los pelillos de la raíz, pero confesamos no ser tan expertos en la materia como para hilar tan fino. Estaban realmente ricos y, por supuesto, el precio del menú incluye calçots infinitos.
Salsa correcta, aunque es verdad que la temperatura de estos días en Barcelona hace que en la terraza todo se enfríe demasiado rápido. Mención especial a la carne, de calidad y bien cocinada. Muchas veces, en este tipo de menús se cuidan los calçots, pero la carne siempre acaba siendo un poco de segunda sabiendo que a la parrilla todo cuela. Destacables, por ejemplo, las chuletillas de cordero.
El precio incluye también un aperitivo a base de fuet, patatas fritas, pan con tomate y una botella pequeña de vermut El Bandarra. Para el resto de la comida, porrón de vino o, lógicamente, lo que se quiera añadir de la carta de bebidas y vinos del restaurante. El precio, por cierto, también incluye una copa de cava.
La propuesta durará lo que la temporada de calçots que, como todo el mundo sabe, cada año se alarga más. De todos modos, mejor darse prisa y, sobre todo, reservar con cierta antelación, porque nos cuentan que la acogida está siendo estupenda y cada sábado y domingo se llena.
Algo nos dice que para el próximo año más hoteles -siempre buscando opciones diferentes para atraer al público local- tomarán buena nota de la idea, aunque es verdad que Belbo juega con una terraza y una localización inmejorables.