Una iniciativa original y de lo más literaria, perfecta para esta semana de Sant Jordi: incluir pequeños relatos de jóvenes autores en las etiquetas del vino.
Lo que más te gustaba era brindar. Chocábamos las copas ruidosamente, muchas veces, y brindábamos por nosotros, por los que estaban con nosotros y por los que estaban lejos. Me acuerdo sobre todo de tu brindis favorito: “Que cuando estemos peor estemos como ahora” (Daniel Gascón)
La idea es de la Cooperativa de Longares, que ha decidido unir vino y literatura recopilando 40 microrrelatos escritos por 10 jóvenes autores. Además de editar un libro con todos ellos -que puede encontrarse por las liberías de Zaragoza o descargarse desde aquí– estas pequeñas historias relacionadas con el vino se han hecho un hueco en las contraetiquetas de su vino joven Torrelangares.
El catedrático de Teología Marxista V. Blond asegura que es poco probable que Dios, si existe, decida enviarnos otro hijo después de lo que hicimos con el primero. De hacerlo, afirma Blond, será una anciana mexicana octogenaria. Discípulos: sus veintisiete nietos. Imperio romano: una multinacional de cereales transgénicos. Judas: un agente de la CIA. En lugar de INRI, el letrero diría DNR (Do Not Resuscitate). Lo que no cambiaría, según Blond, es el vino de la última cena. (Miguel Serrano Larraz)
De este modo, los microrrelatos escritos por Daniel Gascón, Octavio Gómez Milián, Victor Guíu Aguilar, Sergio del Molino, Ana Muñoz, Christian Peribáñez, Carmen Ruiz Fleta, Eva Puyó, Juan Luis Saldaña y Miguel Serrano Larraz pueden leerse en castellano y en inglés en las botellas de estos vinos jóvenes (tinto, blanco y rosado) con denominación de origen Cariñena.
Una excusa perfecta para probar estos tres vinos jóvenes. Y mientras los buscamos, nada mejor que dar buena cuenta de los 40 relatos enológicos.