Aprende a hacer unas crepes (casi) perfectas para celebrar ‘La Chandeleur’

Quienes siempre anden buscando una buena excusa para comer o preparar unas crepes, hoy están de suerte. Y es que en Francia se celebra La Chandeleur (la Candelaria), y la costumbre en el país vecino es festejarlo comiendo crepes. Así que, para celebrarlo como merece la ocasión, hemos recurrido a nuestras amistades galas para aprender a hacer este plato siguiendo la receta francesa.

Primera lección: a diferencia de las tortitas, las crepes se supone que tienen que ser de un tamaño considerable y lo más finas posibles. Así que las nuestras difícilmente pasarían el aprobado, por si hay algún francés defensor de la pureza de las crepes escandalizándose por la imagen de ahí arriba.

Segundo tirón de orejas: ¿Plátano? «Eso es como lo del chorizo en la paella», nos recuerda una amiga francesa mientras nos echa la bronca por saltarnos los rellenos tradicionales y recurrir a lo que había por casa. Nuestro argumento de que la Candelaria también es una fiesta muy canaria y por eso los plátanos no fue suficiente para convencerla.

Y es que, aunque recetas de crepes y tortitas hay miles, tras unas cuantas pruebas hemos dado con una que casi cumple los estándares franceses.

Las medidas y el reposo de la masa

Para una docena de tortitas de tamaño medio -más grandes y finas que las de las imágenes- necesitaremos 250 gramos de harina de trigo, 4 huevos medianos y medio litro de leche.

Prepararlo es tan sencillo como mezclar todo bien y -muy importante- dejar que la masa descanse unas horas o incluso desde la noche anterior en la nevera. Tamizar la harina también ayuda, aunque si nos soltamos este paso tampoco nos negarán la entrada en Francia. Creemos.

¿Sin azúcar?

Un momento, se nos ha olvidado echarle azúcar a la masa. Pues no: las crepes no necesitan azúcar porque será el relleno posterior lo que de el sabor. Una pizca de sal, eso sí, puede ayudar.

Claro, para así poder decidir después si queremos crepes dulces o saladas, pensamos. Otro tirón de orejas: las crepes son siempre dulces, porque si son saladas son galletes.

En cualquier caso, lo que algunos sí hacen es condimentar un poco la mezcla, añadiendo cerveza e incluso un poquito de vainilla, ron o algún otro licor. En nuestro caso probamos con un poco de patxaran, y el resultado no está nada mal.

La mantequilla en la sartén

¿Tampoco hay que echarle nada de grasa a la mezcla? Pues no, la mantequilla se reserva para la sartén. Con el fuego a tope y en una sartén amplia y baja -en Francia se suele tener un recipiente específico para hacer crepes-, echamos un poco de mantequilla, un poco de mezcla en el centro y repartimos moviendo con gracia la sartén.

Sartén más grande y crepes más finas. Definitivamente no nos vamos a ganar el aprobado

En un minuto estará lista por un lado, así que levantamos con la ayuda de una espátula y, con la mano, le damos la vuelta. La idea es que no se rompa, pero como casi siempre la primera sale mal, se da por hecho que es para el cocinero. Además -según nos explican- en la Chandeleur se dan varias veces vueltas a la creps porque la tradición dice que da buena suerte.

Los rellenos

Ni Nutella, ni nata, ni nada… Los rellenos más tradicionales son crème de marrons (crema de castañas), caramel beurre sale -una deliciosa mezcla de caramelo y sal, no muy fácil de encontrar por aquí- y la clásica crepe Suzette, con mantequilla, naranja y licor Grand Manier que puede flambearse.

Pero, cual Jamie Oliver profanando la receta de la paella, en realidad una de las grandezas de las crepes es que podemos ponerle casi cualquier cosa, desde frutas a chocolate o caramelo. Por ejemplo, éstas con plátano, restos de turrón de chocolate que quedaban por casa y azúcar glass estaban estupendas.

1 COMENTARIO

  1. Me habéis dado una idea para el turrón de chocolate que nos sobró 🙂 La más tradicional en dulce es la de que lleva solo azúcar, creo yo. Es curioso que lo primero que aprendí a hacer siendo niña con mi abuela fueran los frixuelos asturianos, que son realmente crepes con otro nombre.

    Y os presto la crepera y el palito de madera en T (impresdindible) cuando queráis 😉

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