Fritos, entremeses… suena a viejuno que tira para atrás. Pero no es lo que parece. Nada de aceitazos escurriendo por doquier ni rebozados empalagosos. Verduras varias que teníamos por casa, condimentos al gusto para alegrar un poco el tema y muy poco aceite. Todo ello con la Airfryer de Philips que estuvimos probando y que, como ya comentamos en su momento, resulta especialmente útil si queremos lucirnos un poco en esto de darle una vuelta de tuerca a la fritanga.
En este caso hemos preparado unas patatas gajo con pimentón, unos pimientos al curry y unas berenjenas barbacoa. Un acompañamiento perfecto o un pica-pica veraniego de lo más original y hasta un poco sano.
Es tan sencillo que aquí no hay receta ni cantidades que valgan. En los tres casos el mecanismo es el mismo: aprovechando que esta peculiar freidora de aire caliente no usa aceite sino que éste hay que impregnarlo en los alimentos, probaremos diferentes aliños para darles un toque diferente.
En lugar de las patatas fritas de toda la vida y puesto que la textura resultante de la Airfryer recuerda más a unas patatas al horno -estáis pensando en las patatas Deluxe esas del McDonalds, reconocedlo- las hemos partido en gajos con su piel y todo. En un bol y junto al aceite añadimos pimentón de la Vera, sal y un poco de tomillo picado para potenciar el rollo campestre. 15 minutos en el Airfryer a 180 grados y ya está. Buenísimas.
El resto ha sido casi una operación de limpieza de la despensa. ¿Qué tenemos? Pues a la freidora. Unos pimientos verdes bien lavados y cortados en láminas bastante pequeñas. Bol, un poco de aceite de oliva (muy poco), sal y curry en polvo. Para nuestra sorpresa el invento salió bien y el resultado no sólo era original sino que se podía comer.
¿Qué más? Una berenjena cortada en bastoncitos y repetimos operación. Aceite, sal, removemos bien en un bol y cuando nadie nos vea chorretón de salsa barbacoa que lleva tiempo muerta de risa en la nevera. En realidad el dulzor de este aliño tampoco es tan extraño para las berenjenas puesto que uno de los clásicos es acompañarlas rebozadas con un poco de miel.
Tres aperitivos exóticos y bastante más sanos que cualquier otra fritanga.