Quienes como nosotros están convencidos de que una buena tortilla de patata es uno de esos placeres irrenunciables, posiblemente se hayan encontrado más de una vez con ese clásico problema llamado pereza. No es que sea complicado liarse a preparar una, pero ya se sabe que en verano todos nos volvemos un poco más vagos y pelar, cortar y freír unas patatas puede convertirse en un auténtico reto.
Descartada la opción de acabar comprando una de esas tortillas de plástico del supermercado -sacrilegio- encontrar algún atajo para esa gran tortilla es, desde hace tiempo, una de nuestras misiones de cocinillas.
Y es aquí donde entra en juego La Chinata. Esta firma, dedicada principalmente al aceite de oliva, abrió hace poco una nueva oleoteca en Barcelona (Carrer del Àngels, 20) y allí descubrimos sus preparados para tortilla de patata.
Los hay en tres versiones (con cebolla, con pimiento y normal), todos ellos a base de patatas de calidad, confitadas y conservadas en aceite de oliva virgen extra. Basta con añadir 4 huevos al preparado, algo de sal y cuajar al gusto en una sartén no muy grande si queremos que quede con algo de grosor. Puesto que el aceite de oliva es de calidad -para algo es la especialidad de la firma- es más que recomendable aprovecharlo para hacer la tortilla e incluso guardar el restante.
El resultado es una tortilla estupenda que en absoluto desmerece a la totalmente casera. De hecho hemos de confesar -sí, las muestras han sido gentileza de La Chinata pero ya se sabe que en esta casa si hay que criticar se critica sin problema- que hemos conseguido una de nuestras mejores tortillas en cuanto a textura.
Incluso a la mañana siguiente (¿existe algo mejor que un pintxo de tortilla con un café a media mañana? ) seguía aguantando perfectamente el tipo.
¿El truco? Ninguno más allá de la calidad de las patatas y de la textura que se consigue al conservarlas en aceite una vez cocidas o confitadas. Posiblemente el equilibrio entre cantidad de patata y huevo también ayude, sobre todo a los que somos un poco malos a la hora de calcular a ojo. Echamos de menos, eso sí, algo más de información en la etiqueta sobre la variedad de patata usada.
Con un precio de algo más de 4 euros, evidentemente sale más caro que la versión totalmente manual pero resulta una estupenda idea para esos días en los que queremos una tortilla de patata buena y rápida. Desde ya mismo un imprescindible para tener siempre a mano en la despensa.
