Por lo visto, es un personaje de sobra conocido en Youtube. Ese lugar en el que enseñar una teta equivale a renunciar a la monetización y exponerse a que el vídeo sea censurado, pero en el que cualquier cretino puede molestar y amenazar a una trabajadora de un bar sin que pase nada.
El vídeo en cuestión se ha hecho viral, que igual es lo que el sujeto en cuestión pretendía. Con un poco de suerte, y si existe eso de la justicia poética (spoiler: seguramente no), la gracia le acaba saliendo cara. No sabemos si tanto como esos 2.500 euros que amenaza facturar por “promoción” cuando la trabajadora de un establecimiento le dice que la empanadilla que se está comiendo la tiene que pagar.
No le tenía en el radar, pero al parecer es uno de esos supuestos creadores de contenido -aunque lo que se dice crear, poco- abonados a la polémica como forma para crecer. Tampoco mucho, porque ni su número de seguidores ni las visualizaciones de sus vídeos son para tirar cohetes. Ni mucho menos para hablar de 2.500 euros por una promoción de varios segundos.
El caso es que uno de los formatos que trabaja este elemento es entrar a lugares y, sin ningún tipo de mediación previa, comer cosas gratis. Cabe suponer que la idea le funciona en algunos lugares y, donde no, la rentabilidad está precisamente en la bronca posterior que se genera.
En el caso del bar A Tapa do Barril de Vigo, la paciencia y educación de la chica que tiene que lidiar con él es encomiable. De hecho, nos reconcilia con esa hostelería que sí hay que salvar. Suponiendo que ella cobre en condiciones y trabaje las horas que marca el contrato, claro.
Por si alguien no la ha visto, pese a que ella le explica que al no ser la dueña del local no le compete invitarlo o no, y que esas amenazas la pueden poner en un aprieto, por supuesto a él le da igual. Es en ese momento cuando confesamos que apetece un poco de terapia caranchoa. ¿Alguien se acuerda del aquel mítico vídeo en el que otro youtuber iba provocando al personal y le ponían en su sitio?

Es verdad que no está bien defender que le crucen la cara a nadie, pero es que hay un límite que, en general, nunca habría que sobrepasar y que, por lo visto, no se estudia en el Master de Youtubers: molestar a alguien que está trabajando.
Ese es el problema, no la empanadilla gratis como ya estará diciendo por ahí alguno de esos cocineros que de vez en cuando arremeten -en un alarde de hipocresía insoportable- contra instagramers e influencers que proponen no pagar el ticket a cambio de un servicio hablado previamente y pactado. Lo de este youtuber es morro y acoso, lo otro, un acuerdo que interesa o no.
El otro problema es el público de este contenido. No demasiado, por lo visto, pero sí suficiente como para que el protagonista considere que tiene cierto poder y que puede amenazar. No con esa factura que, evidentemente, es un farol, sino con comentarios negativos que sus supuestos fans pueden poner a un local. De nuevo, hay que mirar un poco más arriba a la hora de buscar culpables y preguntarse qué pasa con esos sistemas de puntuación de locales que permiten que cualquiera opine -sea verdad o mentira- y pueda hacer daño a la reputación de un lugar.
Por suerte, pinta que esa amenaza tendrá poco recorrido tras este pequeño escándalo. Y que, de hecho, serán muchos los que ahora mismo tendrán ganas de todo lo contrario: ir a tomar y comer algo a este local de Vigo y dar muchos dislikes de esos a este influencer de pacotilla.
Pero no hay que equivocarse. Esta euforia justiciera dura 10 minutos y al algoritmo de Youtube le da absolutamente igual el sentido común. Si hay visualizaciones, comentarios y likes, es que funciona. Punto. No olvidemos que fue un juez el que tuvo que poner en su sitio al niñato que ofreció una galleta con pasta de dientes a alguien que pedía en la calle, porque a Youtube casi todo le parece bien.
Precisamente por eso es difícil saber cómo tratar este tipo de comportamientos. Porque el personaje en cuestión -del que no pienso ni teclear el nombre, que bastantes titulares le estamos dando ya- por supuesto, estará encantado y riéndose de nuestras críticas. Seguirá haciendo lo mismo -tal vez incluso con más audiencia- y puede que incluso suba el listón, visto que llama la atención. Quiere casito y, me temo, que eso es lo que le estamos dando.
Optimistas que somos, nos gustaría pensar que en algún momento Youtube -o la red social de turno, que son quienes alimentan este tipo de contenido basura- tomará cartas en el asunto. Es poco probable, pero posiblemente más que nuestro protagonista se de cuenta de que no se puede ir por la vida molestando a la gente que está trabajando.
Por cierto, si hablamos de youtubers con morro que piden cosas gratis, no habría que olvidarse de mis queridos amigos metidos a cocineros, que no es que quieran una empanadilla por la cara, es que creen que ellos no tienen que pagar impuestos.
Sin comentarios, porque como diga algo me trago la lengua…..me llevan los demonios .
Youtube esta cogiendo forma de Microsoft, Google, Telefonica, etc.. Monopolio por encima de gobiernos, leyes, lobbys… y estos youtubers lo saben por lo que hacen lo que les da la gana amparados por empresas que estan por encima del bien y del mal. Saben que sus fechorias, por muy delictivas que sean, les van a salir gratis a la sombra de unas empresas que se lucran de las visualizaciones. De hecho ya han surgido plataformas donde esta permitido subir todo tipo de videos… Esto acaba de empezar si alguien no le pone freno.
Pero quien es el energúmeno ese, será conocido en su casa.
La gente que sigue a estos personajes se lo tiene que hacer mirar.
Desafortunado comentario acerca de si cumple su contacto o cobra lo que debe cuando no viene a cuento en la noticia, por lo demás, sobre la noticia en si, no pienso opinar porque es de peso lo que puede pensar cualquier mortal. La chica muy profesional, chapeau!!!!
Entre este extorsionador profesional con canal de youtube, los pirómanos y los graciosos que pinchan con agujas a las chicas en las discotecas y ferias, la malaostia del verano está servida.
Algunos youtubers personifican la tiranía de los gilipollas y sus seguidores la de las hordas descerebradas.
el local tiene 4.9 sobre 5 ahora mismo, creo que ademas de quedar como idiota ha conseguido que este local tenga la mejor puntuación que podría tener.
Es un polemista de youtube que utiliza estas tácticas para generar tráfico hacia su canal y visibilidad en los medios. La mayoría de cosas absurdas e injustas que se pueden ver en las redes solo tienen un fin económico y publicitario.
Este tío no aprende, cuando quiera le unto otra vez
Te había quedado el artículo de lujo… Pero has tenido que meter a todos los youtubers en el mismo saco al final. Este tío es un mierder que va provocando y así gana fama, los otros son buenos haciendo lo suyo, aunque a mí no me gusten.
Lo que escuece de los otros es que estén hartos de pagar y que se les señalé. Si se han ido fuera es porque aportaban más de lo que recibían, y pocos se han ido. Luego decís lo mucho que se pierde en España por qué se hayan ido (un millón de euros perdido porque el Rubius no pague impuestos aquí queda muy lejos de pagar los miles que tiran nuestros políticos en sus tonterías, sin que los «periodistas» fiscaliceis nada), pero no contáis que en un año han pagado más de lo que va a pagar un currito medio en toda su vida…
En fin, mirároslo un poco que ya empezáis a oler…
Lo de Youtube está llegando a un extremo que roza lo criminal al dar voz a este tipo de gentuza
Menudo payaso. Tiene una cara de bofetón…
Este ser ya fue polémico por lanzar una máquina de pelar a una anciana por la calle
Si existirese la justicia poética, a este impresentable le daban un «caranchoazo», pero de los no violentos: que le cerraran la cuenta, y le cayese una buena multa por amenazas (sí, 2.500€ sería una bonita cifra).
A ver cómo acaba el cuento.
Youtube es responsable solidario de esta barbaridad. Se dedican a censurar vídeos de política y del coronavirus y este tipo de carnaza de mal gusto, nula ética y fiel reflejo de una pequeña parte de la juventud española, no solo no la retiran sino que la promocionan para tener más ingresos y visitas. Cuando alguien demande a algún mafioso de estos que se hacen llamar Youtuber y no tienen oficio ni beneficio, deberían coger un bueno abogado y reclamarle millones a Youtube. En cuanto a la Agencia Tributaria, en vez de ir persiguiendo a los pequeños empresarios, debería dedicarse a acosar a todos los generadores de contenido en Youtube para que se les quiten las ganas y cierre de una vez por falta de ingresos una red social tan perniciosa.
A mi me provoca repulsión pero sobre todo pena… Por ver cómo una persona puede comportarse así con tal de ofrecer espectáculo o entretenimiento. Ha de ver su vida fuera del canal tan limitada o más que su audiencia seguramente por haber fracasado en intentos anteriores por alcanzar lo que en su cabeza sea tener éxito o conseguir dar valor a lo importante…
Ese es el mono que está transmitiendo la viruela, seguro.
Es delito de extorsión.
Algunos de estos tipos parecen matones engreídos. Un bar cuesta mucho, pero mucho trabajo sacarlo adelante y muchas familias dependen, normalmente de él, que luego venga un memo y se crea que tienen que servirle gratis, posiblemente sin acordarlo y con chulería es despreciable. A esta gente que utiliza la plataforma, Youtube -que gracias a ella se les conoce, si no otro gallo cantaría- para sus dislates deberían hacérselo mirar.
Campeón ni se te ocurra venir a Cádiz a mangar o a robar aquí vas a durar menos que un gargajo en una plancha. Eres un tío poco honrado campeón se le roba al rico y ni eso. ten cuidado con la próxima empanadilla que te tragues por la cara que se te puede ir por mál. sitio. Te lo dice un gaditano.
Desde luego estamos llegando a unos límites peligrosos,en cuanto no tenga un buen castigo no se teme a las consecuencias de los actos,y fulanos como este …
No viene al caso que se ponga en duda la situación laboral de la camarera, cuando el tema está en el impresentable del youtuber.
En fin, en este país de mierdas, todo vale y la culpa la tiene la gente que sigue a eses elementos. Tristemente, tenemos políticos/as, que también viven del cuento y tienen seguidores en las urnas.
Así nos va