El teletrabajo acabó con el menú del día (así que la hostelería quiere acabar con el teletrabajo)

“Lo mejor para todos es volver a la normalidad y que haya el teletrabajo que tenga que haber, pero que no sea lo que ocurre en todas las empresas como en estos días». Son declaraciones a EFE de Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, la asociación que agrupa a la patronal del sector.

¿Y qué pinta la hostelería -se preguntarán muchos- opinando del teletrabajo de los demás? Porque cabe entender que resulta complicado eso de trabajar desde casa para cocineros o camareros pero ¿qué más les da a ellos si, quienes puedan, siguen trabajando en sus casas?

Muy sencillo: los locales en zonas de oficinas han perdido su clientela de mañanas y mediodías, lo que amenaza la continuidad de muchos negocios, alertan desde esta asociación esgrimiendo -como siempre- las cifras sobre el empleo que generan. Ahora, lamentan, la actividad se concentra por las tardes y los fines de semana.

El teletrabajo mató el menú del día, así que la patronal de la hostelería no se anda con tonterías y ha puesto sobre la mesa su propuesta: acabar con el teletrabajo. Ha sido útil durante el estado de alarma, pero ya es suficiente porque -atención- está «sobrevalorado».

Es decir, tú tienes que dejar de teletrabajar y buscarte la vida con horarios, conciliaciones, niños, seguridad … Pero no por temas como la falta de horarios, los posibles gastos extras, la falta de un espacio en condiciones o que resulte complicado trabajar con niños en casa. 

Oiga, no moleste con sus problemitas que aquí estamos hablando de cosas importantes. La verdadera razón por la que tienes que volver ya al trabajo es para que los bares y restaurantes de la zona facturen. Como planteamiento económico puede funcionar, pero suena bastante mejorable en lo que respecta a empatía con el resto de la población. Sí, justo esos que son sus clientes.

Por supuesto, tampoco han faltado críticas a la gestión del Gobierno de quienes han reclamado incentivar el consumo a base de bonos. Es lo que hace falta para que la gente se mueva del sofá -argumentan- y siempre es «mejor que pagar subsidios».

Aunque es lógico entender la inquietud del sector con unas previsiones que hablan de hasta un 20% de los negocios en peligro, cuesta mucho encontrar utilidad a este tipo de declaraciones. Más allá de enfadar a quienes estén teletrabajando o estos meses lo estén pasando especialmente mal y no descansando en el sillón esperando subsidios.

Por suerte, frente a esa imagen de una hostelería maleducada que de vez en cuando amaga con recordar al país que le debe mucho, preferimos quedarnos con esa otra que desde el primer momento se ha organizado para ayudar a quienes más lo necesitan.