Parece que algunas cadenas de supermercados en Reino Unido han dado con la clave para paliar los problemas de desabastecimiento que sufre el país a raíz del Brexit, la falta de trabajadores esenciales y los problemas en el transporte de mercancías: rellenar las estanterías vacías con fotografías de comida.
Parece un chiste pero es totalmente real, tal y como demuestran las imágenes compartidas en redes sociales por clientes de estos supermercados durante los últimos días. A falta de espárragos trigueros las cajas aparecen decoradas con unas imágenes que a cierta distancia consiguen dar el pego.
La ilusión se desvanece al acercarse, pero es verdad que al menos la imagen desoladora de los pasillos sin género fresco que vender queda un poco más apañada. No vaya a ser que al hacer la compra alguien se empiece a hacer preguntas sobre si lo de salirse de la Unión Europea después de todo no era una idea muy buena.
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La historia se repite con otras frutas y verduras. Es verdad que no está claro si se trata de algo habitual en los supermercados del país cuando falta un producto o se trata de una solución improvisada a la vista de los problemas con la llegada de mercancías a las tiendas.
Un situación que no parece tener solución a corto plazo y que ya deja ver en el horizonte unas Navidades complicadas, tanto para los regalos como incluso para algunos de los ingredientes más tradicionales de la época y que podrían escasear.
Aunque todo tiene cierto tono alarmista, lo cierto es que la situación que describe la prensa británica deja poco margen a la duda. Incluso en productos como el café o la leche la escasez se nota, no sólo por la subida general de precios de materias y transporte, sino porque sencillamente faltan baristas y trabajadores en las cafeterías.
El peligro de quienes se abrazan a las banderas, a las naciones, a las fronteras y no han aprendido, con toda la Historia a las espaldas, de evolucionar hacia la apertura en lugar de cerrazón por quimeras.