¿Llegamos a tiempo para las últimas alcachofas de la temporada? Todavía pueden encontrarse a buen precio en el mercado, así que nada mejor para apurar las que quedan que aprender a limpiarlas en condiciones. En realidad no tiene ningún misterio, pero si se te resisten o te da pereza, aquí tienes una pequeña guía de cómo hacerlo.
No se trata de ningún truco mágico para pelar 10 kilos de alcachofas en 10 minutos, pero a buen ritmo podemos dejar listas una docena en un momento. Además, como veremos, el microondas puede ser un excelente aliado para cocerlas al vapor de forma rápida y conservando una textura muy interesante.
¿Qué necesitamos? Alcachofas, un rato y un pelapatatas. También se puede con cuchillo, pero la verdad es que con este artilugio quedan muy bien y resulta más rápido y sencillo.
Como se puede ver en el vídeo y en el gráfico, empezamos cortando el tallo, aunque dejando un trozo. Al menos así lo hacemos por aquí, para desperdiciar un poco menos de alcachofa -bastante hay que tirar- y porque luce más bonito.
Vamos retirando las capas externas hasta ver en la base las primeras hojas de color blanco. Es entonces cuando llega la operación más complicada: con la ayuda del pelapatatas o de un cuchillo, vamos pelando lo que hemos dejado de tallo y la base, retirando la parte más áspera. Es posible que alguna de las hojas que hemos dejado haya que quitarlas en este punto.
Ya casi lo tenemos. Ahora sólo hay que cortar las hojas por la mitad de la flor. No hay una medida precisa, pero es más o menos por donde adivinamos que las hojas ya son más suaves y quedarán comestibles. Lavamos bien debajo del chorro de agua, apretando la alcachofa con las manos para que entre el agua entre las hojas.
Escurrimos bien, cortamos en mitades o cuartos y las colocamos en un recipiente para microondas con un chorro de aceite de oliva virgen extra y un poco de sal. A máxima potencia (800 W) estarán en unos 10 minutos, dependiendo del tamaño de las alcachofas. Podemos ponerlas 5 minutos, removerlas y dejar otro tanto, comprobando si siguen duras o ya están listas.
Podemos comerlas así, pasarlas por la sartén para darles un punto más crujiente, o incorporarlas a cualquier otra receta. ¿Verdad que no era tan difícil?