
La Semana Santa sigue siendo una fecha señalada y marcada por las tradiciones en nuestro país, algunas tan antiguas que tienen su origen en la Edad Media, como la curiosa prohibición que impuso la iglesia católica de no comer carne durante el periodo de cuaresma a modo de sacrificio o penitencia.
Obviamente, el veto a la carne ya no existe, pero aquellas creencias del pasado nos dejaron recetas estupendas, como el clásico potaje de vigilia, que se cocina como cualquier otro potaje, pero con pescado. Concretamente se utiliza bacalao, un pescado blanco y sabroso que convierte el plato en una preparación mucho más ligera y saludable de lo habitual. Además, está realmente bueno.
Se prepara en muchas zonas y es típico comerlo durante la Semana Santa, aunque con lo bien que sienta y la tendencia actual a reducir el consumo de carne en nuestra dieta, nos parece una opción perfecta para preparar en cualquier otro momento. Os contamos cómo hacerlo en casa paso a paso y de la forma más tradicional.
Ingredientes
- 300 gramos de bacalao desalado sin piel
- 300 gramos de garbanzos secos
- 300 gramos de espinacas frescas
- 6 huevos
- 1 cebolla o puerro (unos 200 gramos)
- 1 tomate (unos 100 gramos)
- 2 dientes de ajo
- 2-3 rebanadas finas de pan
- 2 hojas de laurel
- 2 clavos de olor
- 1 litro de agua o de caldo de pescado
- 1 cucharadita de pimentón de la Vera
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra
Preparación paso a paso
- Ponemos los garbanzos en remojo 8-10 horas antes de utilizarlos siguiendo estos consejos. Pasado el remojo, los escurrimos y enjuagamos con abundante agua del grifo.
- Echamos los garbanzos en una olla con las hojas de laurel y los clavos. Cubrimos con agua. En zonas de aguas duras, mejor usar agua filtrada o mineral.
- Cocinamos a fuego bajo una hora y media hasta que al morder los garbanzos estén tiernos. Si hacemos este paso con olla rápida, estarán listos en 15 minutos.
- En un cazo con agua hirviendo, cocemos los huevos durante 8-10 minutos. Aquí un recordatorio de los tiempos para hacerlo a nuestro gusto.
- Troceamos o desmigamos el bacalao. Reservamos.
- Lavamos las hortalizas. Pelamos los ajos y los dejamos enteros. Pelamos la cebolla o el puerro -por aquí hemos optado por usar puerro-. Quitamos la parte verde y la capa exterior blanca y lo troceamos. Pelamos y picamos el tomate. Troceamos las espinacas.
- Echamos un poco de aceite en una sartén y, cuando esté caliente, añadimos los ajos y los doramos un par de minutos.
- Agregamos el pan y lo tostamos por ambos lados durante 1-2 minutos sin que llegue a quemarse.
- Retiramos el pan y los ajos de la sartén y reservamos.
- En la sartén en la que hemos tostado el pan, pochamos el puerro, añadiendo más aceite si es necesario. Removemos con frecuencia para que no se queme hasta que esté dorado.
- Añadimos el tomate, los dos ajos que habíamos reservado, el pimentón, sal y pimienta. Rehogamos durante 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
- Trituramos el sofrito con una batidora o robot de cocina. Este paso es opcional y podemos dejarlo con trozos, pero el bocado será más agradable si lo trituramos.
- Cuando los garbanzos estén listos, añadimos un litro más de agua o de caldo de pescado a la olla.
- Pelamos los huevos y los enjuagamos debajo del grifo para quitar impurezas.
- Separamos las yemas de 2 huevos y las ponemos en un mortero con un chorro de aceite. Añadimos el pan tostado desmigado y hacemos un majado. Lo añadimos al caldo. Este paso es opcional aunque recomendable porque, además de espesar el caldo, aporta un sabor muy bueno.
- Incorporamos al caldo las espinacas y el bacalao.
- Cocinamos todo durante 20 minutos a fuego medio. Corregimos de sal y añadimos pimienta al gusto.
- Apagamos el fuego y dejamos reposar 5 minutos.
- Picamos las claras de los 2 huevos sin yemas y partimos los otros 4 huevos por la mitad.
- Los añadimos al potaje o los usamos para decorar los platos una vez servidos.