A ‘Peppa Pig’ le gusta la comida basura: denuncian que el 50% de los productos que usan su imagen no son recomendables para niños

Es un clásico de la sección de galletas y cereales de cualquier supermercado: decenas de paquetes en los que personajes de dibujos animados conocidos o creados para la ocasión invitan a los niños a zamparse unas cuantas. Príncipes de chocolate, dinosaurios hechos galleta, el veterano león de los cereales, o los protagonistas de la última película de animación.

Un clásico con el que hemos convivido durante décadas pero sobre el que ahora algunos quieren poner el foco de atención. Y a la vista de los datos sobre obesidad infantil, parece que ya toca.

Un reciente estudio ponía unas cifras realmente alarmantes sobre la mesa, con un 30% de los menores españoles con problemas nutricionales relacionados con una mala dieta y demasiado consumo de alimentos ultraprocesados.

Es en este contexto donde toca revisar lo que se está haciendo mal. Y sí, en lo que respecta a publicidad dirigida a menores se están haciendo las cosas muy mal y, como es de sobra sabido, confiar en el autocontrol de la industria es de un optimismo muy bonito, pero poco eficaz.

Diversas asociaciones del Reino Unido han decidido tomar cartas en el asunto e iniciar una campaña para pedir que se prohiba el uso de este tipo de reclamos publicitarios en alimentos que van dirigidos a niños y que son muy poco recomendables para su dieta.

Y para demostrar que no están exagerando han aportado un dato bastante concluyente: la mitad de los productos que usan la imagen de la simpática Peppa Pig tienen exceso de sal, azúcar o grasa.

Es solo un ejemplo de los muchos posibles, porque el mismo estudio ha analizado más de 520 productos con este tipo de reclamos infantiles, y en el 51% de los casos se repite la historia: alimentos ultraprocesados que no son en absoluto necesarios en la dieta de los menores.

Pero lo más peligroso del asunto es que muchas veces no se trata de productos que son percibidos como poco sanos. Y es que, además de los dibujos animados de turno, algunos incluyen todo tipo de referencias nutricionales (con vitamina tal, con más calcio…) que buscan despistar al comprador adulto una vez que ya tienen convencido al niño.

Los padres quieren que sus hijos coman sano, pero la industria alimentaria no se lo pone nada fácil, explican los promotores de la campaña mientras apelan a la responsabilidad moral de las compañías.

Mientras descubrimos si gastan o no de eso, parece bastante más recomendable pedir que sean las autoridades las que tomen cartas en el asunto y le expliquen a Peppa Pig porque no es buena idea vender cereales de chocolate o galletas con toneladas de azúcar a los pequeños.

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