Más de 188 millones de huevos van a la basura cada año en España y el #huevochallenge quiere salvarlos

La comida no se tira. Parece bastante sencillo de entender pero, por lo visto, nos cuesta poner en práctica lo que sobre el papel es pura lógica. Y el resultado son cifras tan sorprendentes como alarmantes: solo en España, cada año acaban en la basura más de 188 millones de huevos. Repetimos: 188 millones de huevos.

Los datos corresponden a un estudio realizado en 2017 y que la aplicación Too Good To Go -dedicada a evitar que tiendas y restaurantes tiren lo que les sobra- ha utilizado para poner sobre la mesa los números de este absurdo despilfarro: en cada hogar se tiran una media de 10 huevos al año.

¿La causa? En el 40% de los casos -según una encuesta realizada a 2.000 personas por esta App- son huevos que ya han pasado de su fecha de consumo preferente. Es decir, no han caducado ni están en malas condiciones pero pese a ello acaban en la basura.

La confusión entre fecha de caducidad y consumo preferente vuelve a ser, por tanto, uno de los principales problemas a la hora de acabar con el desperdicio de alimentos en el hogar.

Mientras se regula el etiquetado para evitar que siga ocurriendo, es muy sencillo de entender: si un alimento pasa su fecha de caducidad no debería consumirse.

Por el contrario, la fecha de consumo preferente simplemente indica cuánto tiempo el alimento está en condiciones óptimas y a partir de cuando puede empezar a perder algunas de sus propiedades, aunque seguirá siendo totalmente seguro.

Resumiendo, ¿podemos comer un huevo que haya pasado la fecha de consumo preferente? Sí. Tirarlo a la basura es un error que, por si alguien prefiere hablar de dinero, cuesta más de 22 millones de euros al año.

Para intentar acabar con este absurdo despilfarro, desde Too Good To Go proponen uno de esos retos virales que tanto gustan en las redes. Normalmente son tonterías, pero este no solo es práctico sino que puede evitar que muchos de esos huevos acaben en la basura.

Bautizado como #huevochallenge, la idea es tan sencilla como sumergir el huevo candidato a acabar en la basura en agua. Si se queda en el fondo en horizontal, está perfecto.

Si, por el contrario, se mantiene en el fondo en vertical es que ya no está tan fresco, pero lo podemos comer. De hecho, solo los huevos que floten estarían en mal estado y, en este caso sí, mejor no jugar y tirarlos.

¿Verdad que es fácil? Pues ya no hay excusa para tirar los huevos.

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