
Aunque en algunas cartas de restaurantes modernos leamos batata o sweet potato, la verdad es que los boniatos son algo muy viejuno en nuestra gastronomía. La merienda de la posguerra, o eso es lo que nos cuentan nuestros mayores. Incluso hoy en día alguno no quiere ni olerlos por el recuerdo de aquellos años de miserias y cartillas de racionamiento, en los que los boniatos no escaseaban como casi todo y eran relativamente baratos, lo que los convirtió en un alimento básico y diario para el pueblo.
Hay muchas variedades, con diferente color, dulzor, tamaño… pero todos son deliciosos, por suerte siguen siendo baratos y además son muy fáciles de hacer, así que no hemos podido resistirnos a hacer esta receta para recuperar productos de siempre y darles una vuelta en la cocina. Boniatos, setas… un plato de lo más otoñal, rico y sencillo.
Ingredientes
- 2 boniatos grandes
- 1 puerro
- 150 gr. de trompetas de la muerte (o cualquier otra seta o champiñones)
- 100 gr. de queso azul
- 200 ml. de nata para cocinar o leche evaporada
- 1 diente de ajo
Preparación
1. Lavamos bien los boniatos para quitar restos de tierra y hacemos un corte profundo vertical sin llegar a partirlos en dos. Reservamos. Lavamos y troceamos el puerro. También lavamos las setas -nunca debajo del grifo ni con mucha agua- con la ayuda de un trapo ligeramente húmedo para eliminar cualquier resto de tierra. Picamos el ajo en trocitos pequeños.
2. Mientras los boniatos se hacen en el horno (40-45 minutos a 250º dependiendo del tamaño), pochamos el puerro en aceite de oliva y reservamos. Por otro lado salteamos las setas en la sartén dejando que suelten el agua y se evapore. A continuación echamos un poco de aceite de oliva y el ajo, removemos unos minutos y añadimos el puerro que habíamos reservado. Salpimentamos y removemos un par de minutos más.
3. En un cazo calentamos la nata y añadimos el queso azul hasta que se deshaga y quede bien integrado.
4. Cuando los boniatos estén listos dejamos que se enfríen un poco para no quemarnos. Los abrimos con cuidado ayudándonos de una cuchara, y los rellenamos con el sofrito de setas y puerro. Por encima los bañamos con abundante salsa de queso azul.
Siempre he tomado los boniatos (batatas, según mi abuela), asados con azúcar y canela espolvoreados por encima.
Me temo que no se más recetas pero esta tiene buena pinta.
Qué buena pinta. Hace siglos que no tomo boniatos asados, mi madre los preparaba en otoño y nos encantaban a todos.
Si hay olor de otoño, es el de los pimientos o boniatos asándose en el horno.