Faltan camareros, faltan cocineros, falta personal en hostelería. Nada nuevo a estas alturas, aunque es verdad que el verano, temporada alta en hostelería en España, ha hecho que el problema de la falta de trabajadores se vuelve todavía más grave.
Una situación que ha provocado todo tipo de respuestas, desde señalar al cliente como parte necesaria de la solución -hay que pagar más si queremos que la gente gane mejor- hasta los clásico mantras empresariales que repiten desde hace siglos aquello de que trabajo hay, lo que falta son ganas.
No obstante, si para algo ha servido esta crisis de personal en el sector ha sido para visibilizar la explotación laboral convertida en algo normal. Y para explicar que, si faltan trabajadores, es en muchos casos por culpa de unas condiciones que no es que sean mejores o peores, es que sencillamente son ilegales.
No hay día que en las redes sociales no aparezca alguna de estas -ejem- tentadoras ofertas de trabajo. La penúltima, y que se ha hecho bastante viral, la protagoniza un conocido restaurante de Cartagena y el horario que impone a su personal.
Este es el horario que me han pasado para el trabajo. Podéis echar cuentas pero ya os lo digo yo: 57 horas a la semana. Estoy dado de alta a 20 horas semanales, me pagan 40 según convenio y trabajo 57, de las cuales de esas 17 de más no me pagan ni 1€. pic.twitter.com/mvTMge8xhC
— car-lee rose (arco de redención) (@CarlirousParte2) July 27, 2022
Quitando los comentarios de algún lumbreras que da por hecho que es cosa del trabajador decidir si acepta o no estas condiciones (2022 y seguimos así), el hilo de comentarios resulta de lo más interesante. Lo primero para saber qué restaurante es (El Chalé, en Cartegena) y ver cómo ha perdido unos cuantos clientes que aseguran que no volverán a pisarlo.
Es verdad que este tipo de prácticas son tan habituales que señalar solo uno puede parecer injusto, pero empezar a decir los nombres de los que hacen mal las cosas y de quiénes sí cumplen la ley puede ser un camino interesante para que los clientes decidan dónde dejan su dinero.
«Trabajo 57 horas a la semana, estoy contratado por 20 y cobro 40», denuncia el trabajador en su cuenta de Twitter. Unas cifras que, por lo visto, cuadran perfectamente con esta suerte de fórmula matemática de la explotación laboral en hostelería y que siguen este mismo sistema: 20-40-60, tal y como se apunta en uno de los comentarios.
Contratar por una tercera parte de las horas reales y robarles 20 horas extras a la semana parece ser la práctica habitual de muchos locales. Curiosamente, las inspecciones de trabajo no consiguen acabar con algo tan institucionalizado que hasta tiene su propia regla de tres.
A la espera de que la legalidad laboral haga su trabajo, y más allá de dejar toda la responsabilidad a los trabajadores -hay que denunciar- o a los clientes -hay que pagar más-, se agradecería que esas energías que cierta hostelería gasta en quejarse de la falta de mano de obra la usara en señalar a uno de los principales culpables de la situación: sus compañeros de sector que son unos auténticos piratas.