Por Iker Morán
Son una de las zonas vinícolas más pujantes del país pero, pese a ello, los vinos de Extremadura -con sus dos denominaciones de origen Ribera del Guadiana y Vinos de la Tierra de Extremadura- siguen siendo un tanto desconocidos, más allá de algunos grandes éxitos comerciales como la serie Habla de Pago de los Balancines o ese colorido Crash del que ya os hablamos.
Desconocidos al menos en buena parte del mercado nacional porque curiosamente un paseo por cualquier tienda o bodega de muchas ciudades europeas sirve para confirmar que la exportación funciona muy bien para estos vinos.
Así que con la ayuda de Bendita Extremadura -tienda on-line dedicada a la venta de productos de esta tierra- nos hemos propuesto incluir en nuestra lista de vinos de cabecera tres referencias extremeñas que pueden presumir de una relación calidad-precio a la que cuesta resistirse. Es la parte buena de esas denominaciones menos mediáticas pero que también reclaman su espacio en nuestra bodega.
Carlos Plaza Roble es un gran ejemplo de esta filosofía. Un tinto que ha sido envejecido en roble seis meses, pero sin que la madera se lleve por delante el dulzor de su fruta madura y esa agradable ligereza que, aunque suene a topicazo, invita a tomar una segunda copa. Bueno, en realidad nosotros siempre nos apuntamos a eso. Ronda los 8 euros y es de esas botellas que apetece descorchar, tapar la etiqueta e improvisar una cata a ciegas a ver quién es el valiente que se atreve a ponerle precio.
Nos cuentan desde Bendita Extremadura que Chacona Bronce es el preferido del director de la compañía y que está en el escaparate de su tienda on-line desde el primer día. Perteneciente a la DO Vinos de la Tierra de Extremadura y con una producción muy limitada (20.000 botellas) a base de viñedos propios, estamos ante lo que podríamos llamar un señor vino low cost, en el mejor de los sentidos. Cuesta unos 9 euros y basta probarlo para comprobar el buen trabajo que han hecho en la bodega La Pelina (Badajoz) con este crianza 100% Cabernet Sauvignon.
Carabal Cavea 2008 era para nosotros otra gran desconocido. Hasta ahora, claro. Subimos un poco el presupuesto, pero sólo hasta unos 13 euros porque de nuevo la relación entre precio y lo que ofrece en la copa es una de sus mejores bazas. Un crianza (10 meses en barrica) de Ribera del Guadiana con una compleja combinación a base de Syrah, Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Graciano de la que la bodega Carabal consigue salir airosa.
La región de Extremadura es una de las que producen más vino en el territorio español. Todo esto sin menos preciar la calidad de sus caldos apreciados fuera de las fronteras Españolas.
Cuando tomas el primer trago de cualquier Vino Extremeño, notarás en boca una amplia gama de matices y te darás cuenta de que se trata de un vino generoso.
Gran artículo y muchas gracias por compartir.