BooCook. Por E. de Salamanca
Me recomendó y me dejó (porque está descatalogado, aunque buscando un poco se puede encontrar) este cómic un amigo. Y me aseguró que le había salvado de una convalecencia griposa. Es un culebrón -me dijo- y además, te enteras de la historia de la cerveza. Pero cuidado que te engancha y no lo puedes dejar, como una novelucha barata. Una recomendación así no se puede dejar pasar.
Yo soy poco cervecero, la verdad. De hecho soy medio abstemio ( sí, lo se). Así que me acerque a los cinco «Los Maestros Cerveceros» sobre todo por la calidad de los dibujos -a la europea- y por la historia.
No por la historia de la cerveza, que también, sino porque hace un recorrido por la historia de Europa: empieza en el primer volumen a mediados del XIX y acaba a finales del XX, cuando se pública por primera vez. Un Zweig del cómic, pensé.
Entre tipos de cerveza, las estrategias de venta, el compromiso con un producto familiar, los intereses económicos… la historia de esta bebida desde las revueltas del XIX hasta el capitalismo triunfante del XX. De las industrias caseras hasta las grandes multinacionales. Todo un manual de amor a un producto y a lo exagerado de su vida
Pero puede que lo mejor sea la envoltura de esta lección de historia cervercera. Un auténtico culebrón para adultos, donde el amor y el sexo hacen de hilo conductor. Sí, como ya predijo mi amigo, una historia que engancha y que no se puede dejar de leer.
Me comentaron hace tiempo que en El Comidista se hablaba de El Gourmet Solitario como el mejor comic gastronómico. O uno de los mejores. Vamos a llevarle un poco la contraria: a mi me produce glotonería cada vez que lo leo, pero como comic me parece un ejercicio de estilo posmoderno bien resuelto. Sin más.
Definitivamente y puestos a elegir el mejor comic me quedo con estos “Maestros Cerveceros”, por lo clásico -lo de la posmodernidad me estomaga últimamente- y por la crítica al sistema que plantea. Y porque es adictivo. En casa todavía me recuerdan que no hablaba ni hacía caso a nada hasta que lo terminé.
Al llegar a la última página –en primavera de este año- me quedé con ganas de un último tomo que resumiera la actual crisis. Un What If como secuela. De hecho empecé a escribir el sexto volumen pensando en que algún dibujante se uniera a la pasión cervecera que había adquirido.
Y a lo Cortazar esta pasión me llevo a una tienda de cervezas de importación belgas, muy cerca de casa. Gilda, mi perra, quiso entrar un día por esa obsesión suya de entrar a todos los sitios a ver si hay suerte y le dan comida. Y por el olor a queso. Y por Cortazar, supongo.
Total, que ahora me he aficionado y la visito para hacerme el entendido y poder escribir ese último volumen con cierto criterio. Y he dicho adiós a la abstemia. Sin nostalgia pero con moderación. Como los anuncios de la tele.
BooCook es una sección destinada a elevar aun más el nivel cultural de La Gulateca con pequeñas dosis de literatura gastronómica (o gastronomía literaria) a cargo del ilustre E. de Salamanca, colaborador de la casa y corresponsal en Madrid.