La Academia Andaluza de Gastronomía premia a dos grandes mujeres de la cocina de Granada: Ana Martín (Taberna La Tana) y Rosa Macías (Bar FM)

Para muchos, hablar de Granada es hablar de tapas. Un tema más polémico de lo que parece porque, en realidad, lo que se ve por algunos como un aliciente gastronómico -a quién no le gusta algo para picar con una caña- hay cocineros que lo consideran un lastre para la cocina de la región. ¿Por qué pagar por algo en condiciones si se puede comer a base de tapas -reguleras en muchos casos- y que se suponen gratis?

Tal vez por eso, dos de los locales más reconocidos de Granada no lo son precisamente por sus tapas. En La Tana la ponen, sencilla -unos tomates, algo de embutido- y muy rica, pero aquí no se viene por eso, sino por su espectacular carta de vinos que se acompaña con producto rico y sin complicaciones.

Hace unas semanas estuvimos por allí con motivo de los Premios Andalucía de Gastronomía que cada año concede la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo y que, precisamente, ha querido rendir un homenaje a Ana Martín, que hace más de 25 años puso en marcha la taberna La Tana.

Un reconocimiento especial que también fue para Rosa Macías, del Bar FM, otro de esos lugares ya casi míticos y que nunca faltan en una lista de lugares imprescindibles de Granada. De nuevo, aquí no se habla de tapas, sino de un restaurante de producto y donde su gran mérito es conseguir el mejor pescado de la lonja de Motril y tratarlo como merece.

Un premio «por el trabajo que llevan desempeñando como restauradoras a lo largo de todos estos años, siendo ambas dignas representantes del papel de la mujer en la hostelería de Granada», explicaron los portavoces de la Academia durante la entrega de estos galardones.

La lista de premiados de este año también incluye a Pedro Sánchez, chef y propietario del restaurante Bagá que se ha convertido en un referencia imprescindible en Jaén; al periodista gastronómico Benjamín Lana por su labor divulgadora; a World Central Kitchen, por su trabajo humanitario durante estos años; y a la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, un vino que define la singularidad del territorio.