5 de enero ¡y yo con estos pelos! Esta noche vienen los Reyes Magos y mañana toca zamparse el Roscón con la familia y amigos. Es probable que para este año te propusieras hacer uno tú mismo y es posible que te hayas encontrado ante una de estas tres situaciones:
A- Creías, erróneamente, que preparar un Roscón de Reyes te llevaría aproximadamente el mismo tiempo y esfuerzo que preparar un bizcocho con fruta confitada por encima.
B- Consciente de la dificultad y, sobre todo, del tiempo de elaboración del Roscón, te has dejado llevar por la pereza y te has dicho a ti mismo: «El año que viene lo hago con tiempo» (ya… claro).
C- Tu primer intento de Roscón de Reyes casero ha sido un fracaso y tu ego cocinillas ha quedado tan maltrecho que necesitas una victoria culinaria para reponerte.
Para cualquiera de los casos, venimos al rescate con una opción distinta pero casera y deliciosa para arreglarte la merienda del último día de excesos navideños. Se trata de una especie de brioche «de Reyes» que puede ser una buena alternativa para preparar algo con tus propias manos sin invertir todo el día en ello.
Para ser honestos, esta no es una receta de brioche como Dios e Iban Yarza mandan. No, se trata de una elaboración algo más rápida y simplona, hecha para no expertos en panes dulces como nosotros, pero que da un resultado decente en «solo» una mañana. Por supuesto la receta puede tunearse a gusto del consumidor. Tomen nota:
Ingredientes
- 250 gr. de harina de fuerza
- 3 huevos
- 130 gr. de mantequilla
- 30 ml. de leche
- 50 gr. de azúcar
- 5 gr. de sal
- 15 gr. de levadura fresca
- 1 yema de huevo
- Pasas (opcional)
- Fruta confitada (opcional)
- Azúcar
- Agua
Elaboración
Sacamos la mantequilla de la nevera, la cortamos en taquitos y la dejamos templar en un bol. En un cuenco, vertemos la leche tibia y disolvemos la levadura en ella. Reservamos.
En un bol aparte, echamos los huevos, el azúcar y la sal. Batimos hasta que quede una especie de pomada naranja. A continuación añadimos la leche con la levadura disuelta. Vamos añadiendo la harina y mezclamos bien. Al principio podéis usar una espátula aunque lo suyo es que lo hagáis con las manos. Trabajaremos la masa hasta obtener una mezcla lisa y homogénea.
Vamos incorporando la mantequilla poco a poco, dejando que la masa la absorba antes de incorporar más. Se trata de un proceso un tanto lento y, porqué no decirlo, pringoso. Cuando hayáis incorporado toda la mantequilla, veréis que la masa se despega de las paredes del bol y eso es señal de que vamos bien.
Hacemos una bola con la masa y la dejamos reposar en el bol, tapado y a temperatura ambiente, durante aproximadamente una hora o bien hasta que haya doblado su tamaño.
Pasado ese tiempo rescatamos la masa y la trabajamos un poco. ¿Cuánto es un poco? Pues unos 15-20 minutos. Veréis que se vuelve más consistente. Es el momento, si queréis, de incorporar unas pasas o unos trozos de fruta confitada. Hacemos una bola con la masa y la dejamos de nuevo en el bol, tapada con papel film. Dejaremos que repose unas 2 horas en la nevera.
Tras ese tiempo la masa debería haber crecido de nuevo y haber cogido algo más de consistencia. La sacamos del bol y le damos forma: trenzado, en bollos individuales, en un molde rectangular o, simplemente, en forma ovalada sobre la bandeja del horno. Es el momento de esconder en la masa el rey y la alubia.
Dejamos reposar durante una hora más o hasta que haya doblado su tamaño. Pasado ese tiempo, precalentamos el horno a 180 grados y, mientas tanto, pintamos el brioche con la yema de huevo batida y adornamos con frutas confitadas y «roquitas» de azúcar. En casa,siempre las hemos hecho mezclando el azúcar con unas gotas de agua y repartiendo los «grumillos» resultantes por la superficie de la masa.
Horneamos durante 30 minutos. Es importante dejar enfriar el brioche antes de cortarlo y/o probarlo. Si os apetece, podéis rellenarlo con nata o trufa pero ya os adelantamos que solo está de muerte.
Bonus track
Si queréis hacer vosotros mismos la naranja confitada y marcaros un tanto, os recomendamos seguir esta receta de Gastronomía y Cía. Se trata de una receta un tanto distinta a la que nosotros conocíamos pero bastante más rápida, sencilla y con un resultado más que decente.
¡Felices Reyes!
Es evidente que el roscón con masa de brioche es más fácil de comer y, a la postre, el que la industria de las pastelerías nos ha acostumbrado, pero en casa, desde que aprendimos a hacer el Roscón de Reyes (así, en mayúsculas), no dejamos de hacerlo, y os lo compartimos:
http://cocinadeemergencia.blogspot.com/2014/03/roscon-de-reyes.html
mejor esto que el rosco que te puedes encontrar en cualquier supermercado si le miras los ingrediente da miedo, solo abrir la caja, es veneno disfrazado de azúcar