Por Iker Morán
¿Qué vino va bien con la paella? Un blanco, vale. ¿Algo más concreto? Un verdejo siempre es un acierto seguro, por ejemplo. Aunque hasta aquí incluso los más novatos en temas de vino podemos llegar, en Bodegas Copaboca han decidido afinar un poco más y crear el primer vino especial para paellas: «Abrebocas de domingo«.
Aunque pueda sonar a estrategia de márketing -evidentemente la idea es vender y seguro que para exportación funciona muy bien-, en realidad orientar un vino a una situación determinada o un maridaje concreto es una de las tendencias más actuales que algunas bodegas están adoptando para animar un poco el mercado. Son lo que se denomina «vinos gastronómicos» y que, en el caso de Copaboca, también incluye, por ejemplo, algunos pensados para sushi y comida japonesa.
Según nos cuentan desde este bodega, ubicada en Valladolid y muy volcada en dar una vuelta de tuerca a los conceptos tradicionales del vino para abrirse a nuevos mercados y públicos -otro día os hablamos de su cóctel de vino-, Abrebocas ha sido concebido junto a maestros arroceros para conseguir un maridaje perfecto, con una acidez equilibrada y la amplitud en boca que requiere este plato.
Así que, pese a las posibles reticencias iniciales que pueda producir una etiqueta un tanto folclórica y más pensada para fuera que para el mercado interior, detrás nos encontramos con un vino blanco de esos que -como suelen decir los que saben- se deja beber fácilmente. De los que, para entendernos, te tomas una segunda copa sin ningún problema.
Fresco, ligero y muy afrutado, Abrebocas es un blanco que se enmarca dentro de la denominación VdT-IGP Castilla y León y presume además de su producción ecológica certificada. Sin duda, otro buen argumento de venta acorde a las últimas modas. Sencillo y con un precio muy ajustado -se puede encontrar entre 4 y 5 euros- es un buen plan para el próximo domingo que toque paella.
Y sí, antes de que los talibanes de la cosa paellística se pongan nerviosos, lo de atrás es más un arroz con cosas que una paella ortodoxa. Por suerte, el vino entra igual de bien con paella certificada que con arroces herejes.