
¿Brochetas? Pero si eso está muy visto. Puede ser, pero en realidad nada como un par de cambios en una receta de toda la vida para poner en el plato algo diferente. Incluso jugando con ingredientes muy vistos, si los preparamos de una forma diferente podemos crear la ilusión de estar comiendo algo distinto.
Eso es precisamente lo que vamos a hacer con esta receta. Cualquier cosa que se pueda poner en un pincho es brocheteable -gran palabro- así que, aunque nosotros vamos a usar solomillo de cerdo y calabacín, casi cualquier cosa que tengáis por la nevera puede servir. La salsa de piña y la presentación en unos tarritos -a veces también sabemos ser cuquis– son la clave para darle un toque diferente a estas brochetas.
Ingredientes
- 500 gr. de solomillo de cerdo
- 1 calabacín
- 400 gr. de piña
- 1 cebolla
- 2 limas
- Sésamo
- Especias (sal, pimienta, chile en polvo y cúrcuma)
Preparación
1. Cortamos el calabacín en trozos de 1 centímetro, y la carne (solomillo de cerdo en este caso) en medallones del mismo grosor. Los dejamos marinar en un bol con salsa de soja, como mínimo durante una hora.
2. Pelamos la piña y la troceamos. Picamos la cebolla.
3. En un cazo o sartén freímos la cebolla unos 5-8 minutos, y a continuación añadimos la piña troceada, el zumo de lima y las especias que más nos gusten. En este caso hemos usado cúrcuma, chile en polvo, sal y pimienta. La cantidad es al gusto. Podemos ir probado y corrigiendo el sabor. Removemos unos minutos, y cuando la piña se ablande apagamos el fuego y reservamos.
4. En unos pinchos para brochetas vamos alternando el calabacín y la carne empapados con soja, y los “rebozamos” en semillas de sésamo.
5. Trituramos la salsa de piña que habíamos reservado con una batidora o robot de cocina.
6. En una plancha o sartén freímos la brochetas unos minutos por cada lado.
Para servir las brochetas podemos usar unos tarros o vasos con la salsa de piña al fondo. Una forma muy sencilla y resultona de preparar un plato de carne y verduras con un toque exótico.