Aunque hace relativamente poco Heura era una marca casi desconocida, el éxito de su «pollo» vegetal -realmente rico y capaz de emular al pollo real- la ha convertido en una de las compañías más fuertes del creciente sector de las denominadas carnes vegetales. Es decir, proteínas a base de verduras y legumbres que se presentan con formas, texturas e incluso sabores similares a productos cárnicos.
Presente ya en muchos supermercados, Heura ha decidido poner sobre la mesa uno de los temas clave a la hora de defender estos productos vegetales como alternativa a la industria ganadera: la contaminación y el medioambiente. Y lo ha hecho por todo lo alto, con una gran lona en el centro de Madrid donde asegura que «una hamburguesa de carne contamina más que tu coche».
Si el objetivo de toda campaña publicitaria es llamar la atención, parece que lo han conseguido. Incluso un 2×1, porque la letra pequeña defiende otro de esos temas que hasta hace poco parecían polémicos en la capital:
«Con Madrid Central hemos reducido la contaminación cambiando nuestra forma de movernos. ¿Por qué no cambiamos ahora nuestra forma de comer?», se puede leer en el cartel.
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En su cuenta de Instagram aportan algún detalle más sobre esta afirmación: «Al liberar más de 32.000 millones de toneladas de CO2, la industria ganadera es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (18%), seguida del transporte (14%)».
Es verdad que la precisión de los datos se ha discutido muchas veces desde que el documental Cowspiracy encendió el debate hace ya unos cuantos años.
Pero más allá de si es la primera o la segunda fuente de contaminación, de lo que no hay ninguna duda es de que el consumo de carne y todo lo que ello implica supone uno de los problemas más graves para el planeta ahora mismo.
¿Acaso las hamburguesas vegetales no se transportan?, se estará preguntando algún carnívoro ofendido. Para eso también tienen respuesta. Siempre según los datos de Heura, de la contaminación que genera una hamburguesa, un 95% corresponde a la producción y solo un 5% al transporte.
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No es la primera vez que una compañía de este sector se promociona atacando a la industria ganadera. ¿Un golpe bajo y poco elegante para vender su pollo o hamburguesas vegetales?
Más allá de que tengan mucha razón en los argumentos que usan, en este caso concreto hay que reconocerles otra cosa: el sector ganadero tampoco tiene muchos problemas a la hora de lanzar su artillería contra vegetarianos y veganos. Y con ayuda pública en algunos casos, por cierto.
De hecho, esta polémica llega en un momento especialmente movido en esta especie de guerra de carnes. Hace unas semanas, la Unión Europea denegó la petición de las empresas ganaderas de que solo las hamburguesas de carne pudieran usar esa denominación.
Poco después, y financiada por la misma UE, una campaña defendiendo el consumo de un filete de ternera en vez de suplementos de proteínas y vitaminas no ha hecho demasiada gracia a quienes no consumen productos animales.
Más de 4 millones de € (80% financiado por la UE) para la promoción de la 'carne roja'. #haztevaquero https://t.co/pLqgPQZVbO pic.twitter.com/mN5uwsPGzB
— Aitor Garmendia (@Tras_los_Muros) November 11, 2020
Sin duda, un gran filón para Heura, que se presenta como una pequeña y joven empresa dispuesta a enfrentarse al lobby ganadero y las campañas pagadas con unos cuantos millones de euros públicos.
Aunque sea relativamente sencillo elegir bando en este caso -sí, es evidente que el futuro pasa por reducir el consumo de carne y replantear su producción industrial-, otro detalle que no habría que olvidar y que en ocasiones queda diluido en el debate: detrás de algunas nuevas marcas de carne vegetal también están auténticos gigantes de la alimentación e incluso empresas cárnicas.
Más allá de la cuestión ética, animalista o ecológica, esto es un negocio de muchos millones de euros. Y nadie quiere perdérselo.
Y, por cierto, la mejor forma de comer verduras y legumbres no es comprar ultraprocesados vegetales, sino cocinar verduras y legumbres. Obvio, pero parece que cada vez va a tocar recordarlo más a menudo.