Receta: hojaldre de espárragos trigueros, champiñones y queso

Ya huele a primavera, se oye comentar por las calles. Y eso, entre muchas otras cosas, significa que la temporada de espárragos trigueros ya está aquí. ¿Cómo saber cuándo un producto está en temporada ahora que hay de casi todo durante todo el año? Los precios son una buena pista para saber cuándo el producto está en temporada o cuándo tiene que venir de la otra punta del planeta.

Así que, en cuanto hemos visto los espárragos a precios decentes, nos hemos lanzado a por ellos. Uno de esos productos que no acaba de convencer a muchos, pero que cocinados con cierta gracia resultan estupendos. Hay miles de recetas en las que juegan un gran papel, y casi todas tienen algo en común: nada de cocerlos y dejarlos blandurrios. Los espárragos verdes pasados por la plancha y bien crujientes es como mejor están.

Y si encima sirven para coronar un hojaldre relleno de champiñones y queso como el que os proponemos hoy, pues mucho mejor.

Ingredientes

  • 1 masa de hojaldre cuadrada
  • 150 gr. de champiñones
  • 6 espárragos trigueros
  • Queso de cabra (u otro que nos guste)
  • Queso tipo manchego
  • 1 tomate seco
  • Huevo para pincelar la masa
  • Sésamo para decorar
Preparación
Vamos con otra de esas recetas sencillas, aparentes y ricas que tanto nos gustan. No tiene ningún misterio, salvo que nos animemos a hacer la masa en casa. Pero oye, con una comprada -de las buenas, ojo- también queda estupendamente, y nos ayudará a tenerlo listo mucho más rápido. Las prisas de la vida moderna y tal.
Todas las fotos: Emma García para La Gulateca
Limpiamos, cortamos y salteamos los champiñones unos minutos con un poco de sal, hasta que cojan color. Reservamos. Pasamos los espárragos por la sartén o plancha unos 10 minutos, dependiendo del grosor. Si quedan duros, no pasa nada porque luego todo va al horno.
Cortamos la masa de hojaldre en dos mitades. En una ponemos el queso tipo manchego, encima los champiñones y después el queso de cabra. Evidentemente, si queremos que quede un poco más ligera o que la receta sea vegana, eliminamos este ingrediente y subimos la cantidad de champiñones, animándolos con, por ejemplo, más tomates secos que luego usaremos.
Lo cubrimos con la otra mitad de la masa y doblamos y sellamos los bordes. Pintamos la superficie con un poco de huevo batido para que coja color. En la superficie colocamos los espárragos, unos trocitos de tomate seco y un poco de sésamo.
Con el horno a 200 grados, en unos 15 minutos lo tendremos listo para servir. Más sencillo imposible y, por supuesto, podemos adaptar el relleno a casi cualquier cosa que se nos ocurra, dependiendo de nuestros gustos o de lo que encontremos en la nevera.

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