Crêpe de cerezas maceradas y yogur

crep

Las altas temperaturas están causando estragos en nuestra alma de cocinillas: las neuronas empiezan a secarse y las ganas de meterse entre fogones disminuyen a medida que avanza el día. Por eso andamos en busca de recetas ricas, sencillas y, sobre todo, rápidas.

Como no pensabamos renunciar a un buen desayuno dominguero diferente, esta semana nos lanzamos a reinventar un clásico: el crêpe. Uno de nuestros almuerzos favoritos que, además, es absurdamente fácil de preparar.

Hemos tuneado la masa con un poco de yogur natural cremoso y unas cerezas maceradas para darle un toque frutal y algo más ligero. Tomen nota.

Ingredientes

  • 2 huevos
  • 125 gr. de harina
  • 50 gr. de azúcar
  • 1 yogur natural cremoso (tipo griego)
  • 50 ml. de leche
  • 100 gr. de cerezas
  • Una pizca de sal
  • Un limón
  • Mantequilla

Elaboración

Lavamos y deshuesamos las cerezas. Las cortamos en trozos pequeños y las colocamos en un plato hondo. Añadimos dos cucharadas de azúcar y una de zumo de limón. Mezclamos bien y dejamos macerar en la nevera entre media hora y una hora.

En un bol batimos los dos huevos. Después, añadimos la harina tamizada poco a poco y sin parar de remover para que no se formen grumos. Una vez obtengamos una pasta homogénea añadimos medio yogur cremoso. Reservaremos el resto para acompañar.

Removemos y cuando se haya mezclado bien, añadimos la leche, dos cucharadas de azúcar y una de mantequilla deshecha. Removemos bien y añadimos las cerezas maceradas. Si queréis podéis reservar un poco de fruta para acompañar y decorar el plato.

Lo ideal es que la masa repose una media hora en la nevera pero si tenéis prisa podéis hacer los crêpes en el momento.

Ya sabéis, engrasamos la sartén con mantequilla y, cuando esté bien caliente, echamos la masa. La cantidad depende del grosor que busquéis, nosotros solemos ayudarnos de un cucharón que llenamos hasta algo menos de la mitad. Cuando la primera cara esté hecha, le damos la vuelta y dejamos que se haga por el otro lado.

El resultado son unos crêpes dulces pero con el toque ácido del yogur y las cerezas maceradas. Algo más frescos que los tradicionales y, sobre todo, muy apetecibles. Nosotros los hemos acompañado con yogur y cerezas frescas pero otra buena opción puede ser chocolate negro fundido o helado. El de leche merengada le va estupendamente.