Turrón de patatas fritas, ¿cuál es el problema?

El turrón más consumido en España no es ninguno de los tradicionales sino el de chocolate. Suponiendo que no podemos llamar también tradicional a una variedad aprobada hace ya unas cuantas décadas y que puede lucir el nombre de turrón.

Así nos lo explicaba recientemente el chocolatero Rafa Gorrotxategui que, además, aportaba un dato curioso: el mítico turrón Suchard de chocolate con arroz inflado se inventó y produjo durante muchos años en Donosti.

Fue esta variedad la que abrió la puerta a las decenas de sabores de lo más curiosos y exóticos que, desde hace años, pueblan las estanterías de los supermercados. Recetas con más o menos fortuna en los resultados, cierto, pero turrón de chocolate con cosas al fin y al cabo.

Sin embargo, por algún extraño motivo, el turrón de patatas fritas que desde hace un par de años lanza la firma Lay’s -este 2020 en colaboración con Albert Adrià- es una especie de sacrilegio que algunos no están dispuestos a tolerar.

Confesamos que nos da mucha pereza intentar averiguar si el delito está en las patatas fritas, en la marca de las patatas, en el chef o en llamar a eso turrón. Pero teniendo en cuenta que ninguna de esas cosas es nueva, cuesta entender las pataletas que se han podido leer estos días respecto al tema en cuestión.

Puede que sea una vertiente navideña del cansino purismo gastronómico: eso no es paella, eso no es turrón y blablabla. O simplemente una demostración de que siempre es más divertido y rentable, en términos de aplausos y aparente valentía, destrozar un producto o un restaurante que decir «a mi no me gusta, me parece una cerdada o no me interesa, pero oye…»

Porque el turrón en cuestión está bueno. Eso no es negociable. Lo probamos el año pasado, lo hemos probado este y la conclusión es la misma: está rico. De hecho, no es ninguna sorpresa, porque lo de combinar chocolate con sal y algo crujiente no es nuevo. Y es de sobra sabido que funciona ya en su versión más simple, así que en esta receta de «praliné de macadamia tostada, chocolate, caramelo, sal y patatas Lay’s Gourmet» imagínate.

Pero no se trata de eso, por supuesto. Es más, como todo el mundo sabe, para decir que algo es una mierda o no tiene sentido no hace falta ni siquiera probarlo.

Tampoco las críticas han ido por una vertiente que podía tener su punto. Porque, a ver, igual ahora mismo en el país hay cocineros que necesitan el apoyo económico de una multinacional más que Albert Adrià. Algo, por cierto, aplicable a muchas de las acciones de empresas desarrolladas durante estas Navidades y que han vuelto a contar con los mismos de siempre.

Total, que llevamos décadas comiendo chocolate con arroz inflado y ahora nos ponemos finos con las patatas fritas. Algo así comentaba con muy buen criterio el heladero Fernando Saenz alrededor de esta polémica turronera hace unos días. Así que menos indignación y postureo, añado yo a la que sería la respuesta perfecta para zanjar este tema.

Escribo esto, por cierto, tras acabar de zamparme un trocito de Suchard de chocolate blanco con Oreos, lo que deja el de Lay’s en una especie de liebre a la royal de los turrones.

Mi sobrino asegura que este de Oreos es el mejor del año y no he podido negarle que está bueno en términos de guarrindongada diseñada por gente malvada para que esté bueno y haya que repetir.

He repetido, de hecho. Mi único miedo no es ya que algún sesudo sabio gastronómico me diga que eso no es turrón, sino que el dedo acusador de SinAzúcar.org me recuerde que me he zampado un par de docenas de azucarillos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí