
Hace unos años sólo habíamos oído hablar de Halloween en las películas americanas. Pero, nos guste o no, desde hace un tiempo, las calabazas y muertos vivientes saltaron de la pantalla para convertirse en parte del paisaje de cada 31 de octubre. Da igual lo que reniegues -ojo, que el origen de la tradición es celta y en algunas zonas hace ya mucho que se celebraba-, Halloween ha llegado para quedarse, así que mejor aceptarlo y aprovecharlo para cocinar cosas ricas.
Eso sí, para evitar chuches con kilos de azúcar y pasar un rato divertido cocinando con los niños, hemos preparado unas deliciosas galletas fantasma de castañas con chocolate blanco. Están buenísimas, son muy fáciles de hacer, y es otra rica manera de aprovechar las castañas ahora que estamos en plena temporada.
Ingredientes
- 200 gr. de mantequilla
- 250 gr. de harina de trigo
- 120 gr. de azúcar
- 30 ml. de agua
- 60 gr. de castañas asadas o cocidas
- Extracto de vainilla
- 200 gr. de chocolate blanco
- Pepitas de chocolate negro
Preparación
1. Lavamos y asamos o cocemos las castañas. Aquí os proponemos 3 maneras diferentes de hacerlo. Cuando estén listas, las trituramos. Podemos hacer un puré o dejar algunos trozos, como hemos hecho nosotros, para encontrarlos en las galletas. Reservamos.
2. En un recipiente, mezclamos la mantequilla con el azúcar, el agua y el extracto de vainilla. Añadimos poco a poco la harina y removemos hasta conseguir que todo quede bien integrado. Ahora es el momento de añadir el puré de castañas. Podemos añadir un poco más de agua o de harina hasta conseguir una buena masa.
3. Preparamos una bandeja con papel de horno y vamos formando bolitas del tamaño de una nuez.
4. Aplastamos las bolitas que hemos hecho y le damos forma de fantasma con la ayuda de un cuchillo de punta redonda o lengua. Si tenemos un molde, quedarán perfectos. Si no, tampoco es tan difícil. Dejamos 2 cm de separación entre los fantasmas.
5. Precalentamos el horno a 180º y horneamos las galletas unos 15 minutos, mientras vamos vigilando que no se quemen.
6. Dejamos enfriar las galletas y fundimos el chocolate blanco en el microondas o al baño María. Con una cuchara, bañamos las galletas con el chocolate blanco, y antes de que se enfríe ponemos 2 pepitas de chocolate negro para los ojos y una para la boca. Dejamos enfriar en la nevera o a temperatura ambiente si hace frío, y en un ratito estarán listas.
Una forma genial y muy fácil de preparar juntos una buena merienda terrorífica. Los niños estarán encantados y, de paso, habrán aprendido a hacer galletas caseras.